-LIBERTAD DE EXPRESION-

"Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento y de expresión. Este derecho comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole, sin consideraciones de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma impresa o artística, o por cualquier otro procedimiento de su elección y gusto."

"No he venido a traer paz, sino espada" San Mateo. X,34


lunes, 9 de julio de 2012

UNA SOLA CLASE SOCIAL

Un sola clase social. La de todos los españoles. Por Carlos Rodriguez El Nacional Sindicalismo En la teoría económico-laboral del Nacional Sindicalismo se considera humillante que las personas tengan que acudir al mercado para vender su fuerza de trabajo. Por eso pretendemos que el contrato de trabajo sea sustituido por el contrato de sociedad donde lo personal, lo humano y lo espiritual se concilien con la laboriosidad, pues el trabajador cuando se emplea en algo suyo es cuando se siente plenamente responsable y salva su dignidad. De esta forma, el trabajador dejaría de ser un servidor de la economía (liberalismo) y de la producción (Marxismo) para ser principio y fin de su actividad. La teoría de la asociación se presta mejor a una justa distribución y evita la lucha de clases. El Estado Nacional Sindicalista debe sustituir, aunque sea de forma violenta, los formulismos individualistas del capitalismo por un ordenamiento totalitario laboral que haga primar los intereses sociales y colectivos. Nuestros deseos se encaminan a formar un Estado totalitario sindical-laboral donde se promulguen legislaciones de doctrina social para que los fundamentos jurídicos del Estado sean transformados en derechos de la persona. En el Nacional Sindicalismo hablar de Justicia es hablar de la Dignidad de la Persona, cooperando en el Estado, como bien común, al servicio del engrandecimiento de la Nación, alegres y orgullosos de la Patria. Consideramos que todo lo hasta aquí dicho lo suscribe cualquier persona que no esté contaminada por el egoísmo liberal o por la tontuna de la democracia. La persona no debe ser un objeto manipulado y manipulable por ninguna ideología, por el contrario, la ideología que no sea una herramienta al servicio de la persona y que se imponga por medio de sufragios mayoritarios se llama tiranía consentida e institucionalizada por la democracia. Al fin y al cabo lo que hacen las democracias es eso, institucionalizar los egoísmos y las estupideces. El Nacional Sindicalismo funde en una amalgama totalitaria los valores tradicionales de la doctrina social de la Iglesia, los espirituales de la Patria y la idea revolucionaria, también social, de implantar la ordenación ético-jurídica del trabajo en el ordenamiento totalitario sindical del estado con su completa subordinación a la persona. El trabajo no es un concepto material de “mercancía del trabajo”, el trabajo no puede ser sometido a negociación, por tanto, no puede ser objeto de contratación, por lo cual deben desaparecer los contratos debiendo primar el aspecto humano del trabajador, de su existencia, de su familia y de su dignidad a la hora de ser integrados en las empresas, como productores y como legítimos dueños de su esfuerzo, recompensados como legítimos perceptores de los beneficios de la producción en la medidas de su participación en la labor social y económica de la empresa. Todo esto es la economía productiva privada pero también sindical de la empresa del Estado Nacional Sindicalista, donde se considera privada la propiedad sindical, aunque sea, como su nombre indica, compartida, y el estado únicamente será un mero garante de la propiedad, sin inmiscuirse en las decisiones de la empresa, porque el Estado Nacional Sindicalista solo garantiza los derechos, pero ni impone ni oprime. Asimismo, el nuevo Estado garantizará a la Nación los servicios necesarios para vivir una existencia digna, mantenido con las plusvalías producidas por la banca nacional y pública y con ligeros impuestos sobre las plusvalías empresariales y nunca sobre las rentas del trabajo. La renta del trabajo debe ser superior a la renta del capital. Los servicios públicos de necesidad social serán gestionados por personas altamente cualificadas y capacitadas nacionalmente, compensadas con salarios igualmente dignos que garanticen una vida tan aplicada como cómoda. El trabajo es un derecho, y el estado debe garantizarlo, dando facilidades técnicas, logísticas y económicas y prestaciones a los españoles que se queden desempleados hasta su integración en otra empresa. La nacionalización del crédito, en el estado el Nacional Sindicalista, consiste en facilitar a los españoles cualquier iniciativa que no se enfrente a los intereses nacionales y sociales y para acceder a ello no debe ser necesario como garantía más que el honor del trabajo, nada de hipotecas, avales o intereses usureros. Nos enfrentamos al marxismo que pone las plusvalías del trabajo en manos del partido y nunca del Estado como garantía de justicia, porque en el marxismo, por mucho que lo proclamen, el estado no existe, el partido es el único beneficiario. Sustituyen las oligarquías liberales por las oligarquías de partido. El Estado Totalitario Nacional Sindicalista disciplina a las economías liberales y libera a las personas disciplinadas por ellas mismas, mediante el honor y el Patriotismo. El Estado Totalitario Nacional Sindicalista socializa los bienes de necesidad pública y libera al pueblo (Nación) de la tiranía socialista. De ahí la frase pronunciada por Manuel Hedilla que da título a nuestro escrito. ¡UNA SOLA CLASE SOCIAL ¡LA DE TODOS LOS ESPAÑOLES! UN SOLO TÍTULO ¡EL DEL TRABAJO!. ¡VIVA LA REVOLUCION NACIONAL SINDICALISTA! ¡ARRIBA ESPAÑA!. Carlos Rodríguez. Jefe Nacional del TNS

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