-LIBERTAD DE EXPRESION-

"Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento y de expresión. Este derecho comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole, sin consideraciones de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma impresa o artística, o por cualquier otro procedimiento de su elección y gusto."

"No he venido a traer paz, sino espada" San Mateo. X,34


lunes, 30 de abril de 2012

LEGIONARISMO ASCETICO

LEGIONARISMO ASCETICO por Julius Evola En 1938 dos figuras fundamentales del nacionalismo contemporaneo, el escritor italiano Julius Evola y el lider rumano Corneliu Zelea Codreanu, se entrevistaron por primera y única vez. Codreanu era uno de los lideres indiscutidos de la juventud de su país y ya estaba marcado para la muerte. Evola era todavía un joven escritor que no había comenzado la parte más importante de su obra. Rapidamente nuestro auto deja tras de sí esa cosa curiosa que es el centro de Bucarest: un conjunto de pequeños rascacielos con fachadas y negocios de un estilo entre el parisino y el americano, sin más elemento exótico que los frecuentes sombreros de astrakan de los policías y los burgueses. Alcanzamos la estación del Norte, tomamos una polvorienta ruta provincial, bordeada de pequeños edificios del tipo de los antigua Viena, que nos lleva a un edificio casi aislado entre los campos: es la Casa Verde, residencia del Jefe de los Guardias de Hierro rumanos. La hemos construido con nuestras propias manos, nos dicen con un cierto orgullo los legionarios que nos acompañan. Intelectuales y artesanos se han asociado para construir la residencia de su jefe, casi con el sentido de un simbolo y un rito. El estilo de la construcción es rumano: a ambos lados se prolonga con una especie de portico, hasta el punto de dar la impresión de un claustro. Entramos, subimos al primer piso. Viene a nuestro encuentro un hombre joven, alto y atrevido, vestido deportivamente, con un rostro abierto que da inmediatamente una impresión de nobleza, fuerza y lealtad. Es Corneliu Codreanu, jefe de la Guardia de Hierro. Su tipo es especificamente ario-romano: parece una reaparición del antiguo mundo ario-itálico. Mientrás sus ojos gris azulados exprimen la dureza y la fria voluntad propias de los Jefes, hay, simultaneamente, en el conjunto de la expresión, una nota particular de idealismo, de interioridad, de fuerza, de comprensión humana. Incluso su forma de conversar es caracteristica: antes de responder, parece absorverse en si mismo, alejarse, después, subitamente, comienza a hablar, exprimiendose con una precisión casí geometrica, de frases bien articuladas y orgánicas. "Después de toda una falange de periodistas, de todas las naciones y colores, que no saben interrogarme sobre nada más que lo ligado a la política más contingente, es la primera vez, y lo noto con satisfacción" dice Codreanu "que viene a mi casa alguien que se interesa, ante todo, por el alma, el nucleo espiritual de mi movimiento. He encontrado una formula para contentar a esos periodistas y decirles un poco más que nada: nacionalismo contructivo" "El hombre se compone de un organismo, es decir de una forma organizada, después de fuerzas itales, después del alma. Podemos decir lo mismo de un pueblo. Y la construcción nacional de un Estado, aunque retome naturalmente esos tres elementos, puede ser afectada, sin embargo, y por razones de cualificación diversa y de una herencia diferente, por los cambios de esos elementos" "Creo que en el movimiento fascista predomina el elemento Estatal, que corresponde a el de la forma oganizada. Aquí habla la potencia formadora de la Roma antigua, amante del derecho y de la organización política, de la que el italiano es el más puro heredero. En el nacional socialismo es por el contrario puesto en relieve lo que está en contacto con las fuerzas vitales: la raza, el intinto racial, el elemento etnico-social. En el movimiento legionario rumano, el acento está puesto sobre todo sobre lo que, en un organismo, se corresponde al alma: sobre el aspecto espiritual y religioso" "De ahí viene el caracter de los diferentes movimientos nacionales, mientrás que al final comprendan los tres elementos y no dejen a un lado ninguno. El caracter especifico de nuestro movimiento nos viene de una larga herencia. Y Herodoto llamaba a nuestros padres Los Dacios Inmortales. Nuestros antepasados Géto-tracios tenían fe, antes incluso que el cristianismo, en la inmortalidad y la indestructibilidad del alma, lo que prueba su orientación hacia la espiritualidad. La colonización romana añadio a ese elemento del espíritu romano de la organización y la forma. Todos los siglos siguientes han desagregado a nuestro pueblo y lo han hecho miserable: pero como un caballo enfermo y frustrado se puede reconocer también en el pueblo rumano de ayer y de hoy los elementos latentes de esa doble herencia" "Y es esa herencia la que el movimiento legionario quiere despertar" Continua Codreanu. Partiendo del espíritu, quiere crear un hombre espritualmente nuevo. "Una vez realizada esa tarea como movimiento, el despertar de la segunda herencia nos espera, es decir el de la fuerza romana política formadora. Así, el espíritu y la religión son para nosotros el punto de partida, el nacionalismo constructivo es el punto de llegada, una simple consecuencia. La ética simultaneamente ascética y heroica de la Guardia de Hierro consiste en reunir uno y otro punto" Le preguntamos a Codreanu cual es la relación entre la espiritualidad de su movimiento con la religión cristiana ortodoxa. He aquí su respuesta."En general tendemos a vivificar bajo la forma de una consciencia nacional y de una experiencia vivida lo que, en esta religión, demasiado a menudo, se ha momificado y transformado en el tradicionalismo de un clero soñoliento. Además, nos encontramos en condiciones favorables por el hecho de que es extraño a nuestra religión, articulada nacionalmente, el dualismo entre fe y política y que esta puede darnos los elementos éticos y espirituales sin imponerse sin embargo como una entidad política. De nuestra religión, el movimiento de los Guardias de Hierro retoma una idea fundamental: el de la ecumenidicad. Esto es la superación positiva de todo internacionalismo y de todo universalismo abstracto y racionalista. La idea ecumenica es la de una societas como unidad de vida, como un organismo vivo, como un vivir juntos no sólo con nuestro pueblo, sino también con nuestros muertos y con Dios. La actualización de una idea parecida bajo la forma de una experiencia afectiva está en el centro de nuestro movimiento político, partido, cultura, etc, y no son para nosotros sino consecuencias y derivaciones. Debemos revivificar esta realidad central, y renovar a traves de esa vida al hombre rumano, para actuar inmediatamente y contruir también la nación y el Estado. Para nosotros, un punto particular es que la presencia de los muertos de la nación no es abstracta, sino real: de nuestros muertos y sobre todos de nuestros héroes. No podemos separarnos de ellos; como de las fuerzas liberadas de la condición humana, penetran y sostienen nuestra vida más elevada. Los legionarios se reunen periodicamente en pequeños grupos, llamados nidos. Esas reuniones siguen ritos especiales. El que abre cada reunión es la llamada a todos nuestros camaradas caidos, al que los participantes responden con un ¡Presente!. Pero esto no es para nosotros una simple ceremonia y una alegoría, sino por el contrario una evocación real" Distinguimos el individuo, la nación y la espiritualidad trascendente, continua Codreanu, "y en la vocación heroica nos consideramos lo que lleva de unos a otro de esos elementos, hasta una unidad superior. Negamos bajo todas sus formas el principio de la utilidad bruta y materialista: no sólo sobre el plano del individuo, sino también en el plano nacional. Más allá de la Nacion, reconocemos principios eternos e inmutables, en nombre de los cuales debemos estar prestos para combatir para morir y a los que debemos subordinar todo, al menos con la misma decisión con que tomamos nuestro derecho a vivir y defender nuestra vida. La verdad y el honor son, por ejemplo, principios metafisicos, que podemos por encima de nuestra misma nación. Hemos aprendido que el caracter ascético del movimiento de los Guardias de Hierro no es generico, sino también concreto y por decirlo así practicado. Por ejemplo, está en vigor la regla del ayuno: tres días cada semana cerca de 800 - 1000 hombres aproximadamente practican el denominado ayuno negro. Es decir la abstinencia de todo tipo de alimento, bebida y tabaco. De la misma manera, el rezo tiene una parte importante en el movimiento. Además, para el cuerpo de asalto especial que lleva el nombre de los dos jefes legionarios caidos en España, Motza y Marin (1), está en vigor la regla del celibato. Le pedimos a Codreanu que nos indique el sentido preciso de todo eso. Parece concentrarse un momento, después responde:"Hay dos aspectos, para la clarificación de los que hace falta tener presente al espiritu del dualismo del ser humano, compuesto del elemento material naturalista y de un elemento espiritual. Cuando el primero domina al segundo, es el infierno. Todo el equilibrio entre los dos es algo precario y contingente. Sólo la dominación absoluta del espíritu sobre el cuerpo es la condición normal y la premisa de toda autentica fuerza, de todo heroismo verdadero. El ayuno es practicado por nosotros porque favorece esa condición, debilita las ataduras corporales, anima a la autoliberación y la autoafirmación de la voluntad pura. Y cuando a eso se añade el rezo, pedimos que las fuerzas de lo alto se unan a las nuestras y nos apoyen invisiblemente. Lo que nos conduce al segundo aspecto: es una superstición pensar que en cada combate sólo las fuerzas materiales y simplemente humanas son decisivas; entran en juego por el contrario las fuerzas invisibles, espirituales, al menos tan eficaces como las primeras. Somos conscientes de la positividad y la importancia de esas fuerzas. Es por eso que damos al movimiento legionario un caracter ascéico preciso. En las antiguas ordenes caballerescas también estaba de vigor el principio de la castidad. Tengo que decir que entre nosotros se restringe al Cuerpo de Asalto, en base de una justificación práctica, es decir que para el que debe consagrarse enteramente a la lucha y no debe de tener la muerte, es bueno no tener impedimentos familiares. Por lo demás, se permanece en ése cuerpo sólo hasta cumplir los treinta años. Pero, en todo caso, permanece siempre una cuestión de principio: están de un lado los que no conocen sino la vida y que en consecuencia no buscan sino la prosperidad, la riqueza, el bien estar, la opulencia; en el otro lado estan los que aspiran a algo más de la vida, a la gloria y a la victoria en una lucha tanto interior como exterior. Los Guardias de Hierro pertenecen a esta segunda categoria. Y su ascetismo guerrero se completa por una última norma: por el voto de pobreza al que se atiene la élite de los jefes del movimiento, por los preceptos de renunciación al lujo, a las diversiones de mal gusto, a los pasatiempos llamados mundanos, en suma por la invitación a un verdadero cambio de vida que hacemos a cada legionario. (1) El autor se refiere a Ion Motza y Vasile Marin, dos lideres legionarios muertos en combate durante la guerra civil española cerca de Majadahonda. UNOS APUNTES PARA LA HISTORIA El 24 de junio de 1927, Corneliu Zelea Codreanu, junto a un pequeño grupo de camaradas ya probados por el combate, fundaron la Legión del Arcangel San Gabriel. En todas sus escritos, Codreanu, conocido por todos los rumanos como El Capitán se referió a la Legión con ese nombre aunque la prensa pronto le aplicaría el nombre de Guardia de Hierro. "Aquellos cuya fe en Dios y la Legión carecen de limites deben entrar a sus filas. Aquellos que tienen alguna duda deben permanecer fuera de las mismas" En un mundo materialista Codreanu basó su movimiento en los siguientes principios. FE EN DIOS Corneliu Codreanu tenía la firme convicción de que la política no debía ser separada de la religión. Sólo hombres que respetan el Orden Divino pueden llegar a ser verdaderos patriotas. IDENTIDAD NACIONAL Corneliu Codreanu creía que las naciones son creaciones divinas y no meros productos de la historia y la geografía. También creía que cada nación tiene una misión que cumplir en el mundo. Sólo naciones que traicionan su misión divina desaparecen de la cara de la tierra. EL HOMBRE. UNA CREACION DIVINA El hombre es el portador de valores superiores que transcienden su existencia particular. Así, siendo una creación divina, sus valores preceden todas las necesidades materiales. Para la realización de esos valores, el individuo debe sacrificarse y combatir a lo largo de su vida. Entre estos principios existe un orden jerarquico. El individuo debe coordinarse con su nación, y, a su vez, la Nación debe subordinarse a Dios y Sus divinas leyes. La Legión del Arcangel San Gabriel representan un movimiento nacionalista cuyo fin era cambiar al individuo y crear un nuevo estado de mente para la nación. El Movimiento no era un partido político. Sin embargo el movimiento participó en la arena política en Rumania con un partido conocido como Todo por la Patria (Totul Pentru Tara). En las elecciones de 1937 ese partido tuvo magnificos resultados. Con la ayuda de los lideres políticos y la judeo-masoneria, el Rey Carol II abolió la constitución y asumió poderes dictatoriales. El primer acto de supresión del nuevo dictador fue la disolución de todos los partidos políticos. Ese fue el comienzo de la más brutal persecución del Movimiento Legionario. En esos tiempos., Codreanu y todos los lideres del movimiento fueron arrestados y encarcelados en campos de concentración y prisiones. Después de tranquilizar a Hitler y habiendo obtenido su seguridad de interferencia en sus asuntos internos, Carol II ordenó el asesinato de Codreanu. En la noche del 29 al 30 de noviembre de 1938, Codreanu y trece legionarios fueron estrangulados. De 1938 a 1940 las prisiones rumanas se llenaron de legionarios. La mayor parte de los lideres del Movimiento Legionario murieron durante ese periodo de tiempo. De 1938 a 1940: El Movimiento Legionario cambió varias veces de dirección. El 3 de septiembre de 1940, Horia Sima, el nuevo lider del Movimiento, triunfó en el derrocamiento de Carol II. Después de la caida del rey, Horia Sima fue aceptado como lider del Movimiento. En el nuevo gobierno rumano tomó el puesto de Vicepresidente. En enero de 1941 el General Antonescu asumió la dictadura militar y lanzó una nueva persecución contra el Movimiento Legionario. Horia Sima y otros cuatrocientos legionarios se refugiaron en Alemania. Como refugiados políticos. Más tarde fueron internados a petición del gobernante rumano en los campos de concentración de Buchenwald, Dachau y Oranienburg, separados de la población general, donde trabajaron en la fabricación de armamentos. EL 23 de agosto de 1944, el Rey Miguel, con la ayuda de los lideres de distintos partidos políticos, arrestó al General Antonescu y traicionó su alianza con Alemania. El ejército rumano entró en guerra contra Alemania. El 26 de agosto de 1944 Horia Sima formó el Gobierno Nacional Rumano y se transformó en Presidente del mismo, con sede en Viena. El Movimiento Legionario en el Exilio, bajo el liderazgo de Horia Sima, continuó la lucha contra el comunismo. Escrito enviado de Victor Godo

sábado, 28 de abril de 2012

ENTREVISTA AL GENERAL BLAS PIÑAR GUTIERREZ

Entrevista al general Blas Piñar Gutiérrez: “La Memoria histórica oficial es el producto del rencor y la incapacidad de la izquierda, por llamarla de alguna manera” Gustavo Morales.- Blas Piñar Gutiérrez, general del Ejército español, es el presidente de la Hermandad Santa María del Alcázar. En esa calidad es entrevistado por Gustavo Morales. El general Piñar recibe a este redactor con simpatía. Sus respuestas son rápidas y seguras, algunas de su afirmaciones, sorprendentes. -Pregunta: Sagunto, Numancia, el Baler, Santa María de la Cabeza, El Alcázar, ¿el heroísmo español también es estático? Blas Piñar Gutiérrez: Existe, de siempre, heroísmo español. Está demostrado por las propias páginas de la Historia. El suceso del Alcázar de Toledo, de esta manera, enlaza con una serie de actuaciones que tienen lugar no sólo en la Península Ibérica sino en el resto de Europa, América e, incluso, en Asia, con lo de las Filipinas. Pero además de las más conocidas, se podrían multiplicar estas defensas heroicas y de carácter numantino con historias menos célebres pero no por eso menos importantes. Tenemos que considerarlo algo intrínseco con la forma de ser del español. Pregunta: Había un plan de alzamiento, de ahí la concentración de guardias civiles en Toledo, pero no había un plan previo de encerrarse en el Alcázar, la caída de Toledo les empujó a ello. A su frente, el coronel Moscardó, jefe de la Escuela de Gimnasia. ¿Improvisación española? B.P.G: Estoy convencido de que tanto Moscardó como el resto de la guarnición no estaban al tanto de los planes del Alzamiento Nacional. Su reacción fue, un poco, reacción desde dentro, de sentimientos. En realidad, en Toledo no había unidades de combate, no había unidades operativas. Eran centros de enseñanza: la Academia, la Escuela de Gimnasia, el Colegio de Huérfanos y, luego, una serie de elementos administrativos; luego es lógico pensar que no estaban en el esquema del Alzamiento. De hecho, no se encierra ningún sacerdote lo que evidencia la improvisación. Pregunta: ¿Qué significó entonces la hazaña del Alcázar? B.P.G: Parece cada día más claro que la influencia de la liberación del Alcázar en el desarrollo de la guerra fue enormemente importante. Se puede hablar de un antes y un después. Hay que tener en cuenta que las poblaciones alzadas eran minoritarias, no sólo en cantidad sino en cuanto a capacidad de recursos con vistas a un enfrentamiento como el que se produjo en España. De alguna manera se da un vuelco importante a partir de la liberación de Toledo. Además, hubo una enorme repercusión en el aspecto moral. Fue la primera gran victoria del Ejército Nacional, con repercusión de carácter internacional, y fue la primera gran derrota del Ejército del Frente Popular que fue incapaz de mantener una capital pequeña pero que estaba sólo a 70 kilómetros de Madrid. Pregunta: La calidad de los oficiales, el sacrificio de los civiles, la militancia en el bienser antes que en el bienestar, ¿han desaparecido hoy los españoles de esa talla? B.P.G: La talla de los hombres se demuestra en los momentos difíciles. La situación de España, en este momento, no es fácil en absoluto. También es verdad que hemos llegado a esa situación de una manera lenta, progresiva, paso a paso. Entonces es más difícil que la talla de los hombres españoles, y también, por supuesto, de las mujeres, no haya reaccionado. Porque a los grandes enemigos se suceden las grandes reacciones y, en este momento, con este avance paulatino, meditado, tal vez programado, contra lo que es España no ha habido ese encontronazo violento que haya provocado la rebeldía. Se está produciendo, por lo menos, el inicio de un movimiento en las conciencias de los españoles que puede salir a la luz en cualquier momento. Nos pasa a todos, que rememoramos la Historia y vemos la huella que han dejado en ella los grandes españoles. Pero no dudemos que, para llegar a esos momentos, tuvieran que superar las dificultades que tuvieron o también situaciones muy parecidas a las que tenemos actualmente. Soy optimista. El momento de gloria se adquiere después de un gran período de duda, de dificultades, de traiciones, de falsas fidelidades. Lo que trasciende históricamente es el resultado de la acción. El futuro está en nuestras manos. Pregunta: Háblenos de la conversación del coronel Moscardó con su hijoB.P.G: Fue una decisión de Moscardó, sin influencias ni presiones. Sus subordinados estaban presentes en el despacho. Nadie esperaba que el jefe de Milicias llamara para amenazar con el fusilamiento del hijo de Moscardó. Quien tenía el teléfono en la mano respondió claro que se ahorrasen los minutos que le habían dado para pensárselo. Pregunta: El Ejército nacional que avanzaba desde el sur se desvió para liberar Toledo, ¿un símbolo o una obligación moral? B.P.G: La desviación fue relativa, en los últimos kilómetros. Cuando Franco inicia la marcha desde Sevilla hacia Madrid el camino más corto no era el que tomó. Desde el punto de vista militar los caminos más rápidos no son los más cortos. El Ejército Nacional fue a Badajoz. Franco eligió la ruta de Extremadura para sorprender al enemigo. Tenía un gran apoyo en el flanco izquierdo al tener a Portugal, un flanco seguro. También urgía la unión con las fuerzas del Norte, al mando de Mola, que estaban en una situación muy precaria, sobre todo por la falta de municiones. El camino teóricamente más largo era el realmente posible. Fue un acierto. Cuando llega a Talavera de la Reina tiene la disyuntiva de dirigirse directamente a Madrid o desviarse antes a Toledo. Franco llega a la conclusión, en ese momento, que con las fuerzas que tenía y las fuerzas que había en la capital, Madrid era imposible que cayera. La resistencia que iba encontrando aumentaba. El Ejército del Frente Popular cada día estaba mejor organizado y contaba con mejores medios humanos y materiales. Liberar Toledo era un golpe moral, el cumplimiento de una promesa. Pregunta: ¿Hay aún episodios poco conocidos en torno al Alcázar? Por ejemplo, el 26 de septiembre es derribado un Ju52 por los cazas rojos que ametrallan a la tripulación que salta en paracaídas, entre ellos a los hermanos de Julio Ruiz de Alda y de Ramiro Ledesma que resultan muertos. B.P.G: Falta el texto definitivo sobre la defensa y liberación del Alcázar de Toledo. Están los escritos inmediatos sobre la liberación, como los del padre Risco o Martínez Leal. Otros, principalmente militares, como Martínez Bande, fueron quienes realmente profundizaron en los archivos, otros autores se basan en él. Hay que destacar las aportaciones de Casas de la Vega y también de Palomino. Pero tanto Martínez Bande como Casas de la Vega han hecho estudios exclusivamente desde el punto de vista militar. En una guerra, como la nuestra, y en un episodio como el del Alcázar, hay cosas que trascienden a lo puramente militar que también pueden ser mucho más investigadas. Falta la obra, que podamos llamar definitiva, de estudio a fondo no sólo de los acontecimientos y de los hechos sino también de los personajes. Tanto de la defensa y de cada uno de los defensores, no sólo los más conocidos, como también de los atacantes que tuvieron su importancia porque eran la otra parte del asedio. Las figuras de los mandos de las columnas que mandaron desde Madrid o los propios jefes de las milicias hay que estudiarlas más en profundidad y saber cuál fue su papel exacto y su trayectoria. Para realzar los hechos hay que saber quién es el contrario que tienes enfrente. A veces, por denigrar a los atacantes se quita importancia a la defensa. La columna atacante tuvo enormes defectos, no había unidad de mando, mandaba todo el mundo: el jefe militar, el jefe de las milicias, el gobernador civil, había demasiados dando órdenes y pocos obedeciéndolas. Había mucha indisciplina pero eso no quiere decir que el contingente no fuera rectificando aquello, de alguna manera, a lo largo de los setenta días de asedio. A pesar de que había mucho miliciano de fin de semana y de hacerse la foto, hubo gente que murió en los sucesivos asaltos. Cuando la gente se juega la vida y la entrega por algo es una cosa que hay que respetar. Nosotros no somos como los de enfrente. Admiro a los últimos defensores del Frente Popular en Toledo, encerrados en algunos edificios. A su manera también ellos fueron heroicos. Su causa era equivocada pero en el valor personal, no generalmente pero sí en algunos casos, hay que reconocerles que lucharon bien. Como muchos de ellos, al final, fueron disidentes con la línea oficial comunista del Frente Popular no sobresalieron. Tagüeña fue un personaje, y no he visto que reciba reconocimiento alguno. Puedo añadir al coronel Casado y también a Cipriano Mera, un hombre admirable no sólo por su trayectoria en la guerra como soldado sino sobre todo por su vida posterior en Francia donde vivió y murió ejerciendo su oficio de albañil. Hay que reconocer que en el otro bando había gente que luchaba, con toda nobleza, por una España mejor. Que no compartamos su idea de esa España no quiere decir que no admiremos la generosidad de sus conductas. Ojalá en la España actual hubiera también gente de esa categoría en el otro bando. Pregunta: Ser héroes del Alcázar no fue suficiente para algunos que marcharon voluntarios en la División Azul B.P.G: Superar la situación del asedio del Alcázar rayó con el milagro. Las condiciones eran negativas y las perspectivas, muy negras para salir vivos de aquella situación. Lo lograron por su valor en la defensa y por la agresividad de las columnas que venían desde Sevilla. Humanamente hubiera sido fácil la explotación del éxito personal sin reclamar más puestos de riesgo. Pero no sucede así. La totalidad de los combatientes del Alcázar, que estaban en condiciones, se alistaron en las unidades del Ejército Nacional. Se incorporan, no sólo los militares en activo, que era lógico que siguieran en filas, sino aquellos retirados que entraron en el Alcázar y, sobre todo, los paisanos. Destacamos a los falangistas por ser el grupo más numeroso. A lo largo de la contienda fueron numerosos los que, habiendo salido con vida del Alcázar, cayeron combatiendo. Un mes o dos después cae durante las operaciones en la Casa de Campo el capitán Vela Hidalgo, todo un personaje, que había proclamado el Estado de Guerra en Toledo, había sido el enlace con los falangistas y encabezó la mayor parte de las salidas hacia el exterior del sitio. Son muy numerosos los ejemplos. Al acabar la guerra en 1939, como colofón, se alistan a la División Azul en 1941. Tras el conflicto de España, después de todo lo que habían pasado ellos con sus familias, se apuntan a una auténtica aventura, a un desafío, a un ejemplo de entrega al servicio de la patria como fue la División Azul. Algunos perecen allí, otros desaparecen y otros consiguen regresar a España para el último desafío: trabajar y sacar a España adelante. La labor de servicio no acaba en el combate sino que continúa en los años de trabajo en la paz para conseguir la España que heredó esto que llaman democracia y que no sabe lo mucho que ha recibido a costa del esfuerzo de una generación enormemente generosa. Pregunta: ¿Qué significa hoy esa hazaña, tres cuartos de siglo después? B.P.G: Lo que fue el Alcázar, a partir de los años 60, en la reconstrucción, se pudo seguir admirando no sólo por los españoles sino también por los extranjeros que lo visitaban. Esto mantenía de alguna manera vivo el recuerdo entre los españoles. El Ministerio de Defensa, con el cambio del Museo del Ejército a Toledo, hace desaparecer todas las huellas de la defensa del Alcázar en su sede actual. Retira las placas de otros países, de autoridades que reconocían lo que significó el sacrificio y el heroísmo del Alcázar de Toledo. Todo desapareció. Hasta han rebajado el suelo de los sótanos más de un metro para que no quede ningún rastro de lo que fue la defensa. Para colmo, la cripta, donde están enterrados los defensores que así lo quisieron, actualmente permanece cerrada. Es incongruente que una heroicidad, reconocida universalmente, mantenga cerrada la cripta para que los visitantes no la puedan ver como si les diera vergüenza a los que administran el Museo que aquello pueda ser conocido por las nuevas generaciones. Tratan de borrar lo que fue el Alcázar de Toledo porque consideran que es un símbolo y un símbolo importante. Está en línea con los tres objetivos que se ha marcado el adversario: la División Azul, el Valle de los Caídos y el Alcázar de Toledo. Son tres ejemplos conocidos, claros, limpios, universales y que necesitan combatir haciendo desaparecer cualquier recuerdo, tras fracasar en tergiversar su significado en nombre de una memoria histórica que significa la destrucción de la huella histórica. Pregunta: ¿La Memoria histórica oficial pretende ganar con la tinta en el BOE lo que fueron incapaces de conseguir por los hechos? ¿Es el rencor una seña de la identidad de la izquierda? B.P.G: Está claro que es el rencor, no tiene otra explicación. Los ejércitos son grandes no sólo por sus victorias sino también por sus derrotas. A las ideas y los valores les pasa igual. Una izquierda, por llamarla de alguna manera porque no sé si merece ese nombre, que hubiera sabido reconocer la derrota en la guerra y en la paz de España se hubiera puesto a trabajar por el bien de España. Porque los objetivos teóricos de esa izquierda, sobre todo en el aspecto social, los cumplió mucho más profundamente el régimen de Franco. No habrían intentado lo más miserable que se puede hacer, que no es destruir las obras de Franco porque no son malas y no las echan abajo, lo que eliminan son las placas, los nombres, los recuerdos pero mantienen las obras. Si hubiera sido tan nefasto el régimen de Franco pondrían placas diciendo que esas cosas malas eran obra de Franco, no quitarían la placa para que no se sepa quién lo hizo. Es el producto del rencor y la incapacidad. Pregunta: ¿Cuáles son hoy los objetivos de la Hermandad que preside? B.P.G: La Hermandad nace en el propio asedio. Una de las virtudes que tiene es el espíritu con que vivieron el asedio. Una sus las manifestaciones es que el ocho de agosto ya se publican en el diario El Alcázar los estatutos de la primera Hermandad del Alcázar de Toledo. Eran conscientes de los trascendentales vínculos que allí hacían en defensa de unos valores. Querían que aquello perviviera, tras el asedio. Con ese fin se crea esa Hermandad acogida a la organización eclesiástica: está inscrita en el Arzobispado de Toledo porque la fe católica es la base de los valores patrióticos que defiende. Los primeros años, la Hermandad estuvo compuesta por los combatientes y las familias que estuvieron dentro. Con el paso del tiempo, para darle continuidad, se da acceso también a sus descendientes por vía directa. Pasados 75 años hemos hecho una actualización de la Hermandad.Ç Además de los hermanos de pleno derecho, puedan asociarse quienes mantengan los mismos valores con el mismo espíritu. Lo que era un recuerdo de un hecho heroico que unía a los participantes y familiares tiene que tener un tono más activo para cubrir el hueco que dejan los que tenían que proteger la hazaña del Alcázar de Toledo y su repercusión. No olvidemos que el Alcázar fue un hecho militar donde se consiguieron tres Cruces Laureadas individuales, una Colectiva, varias Medallas Militares individuales, etc. Como este heroico hecho de armas lo quieren suprimir como ejemplo, la Hermandad asume una nueva obligación: cubrir ese vacío que han dejado las estancias oficiales. Por eso llevamos a cabo una serie de conferencias divulgativas en distintas capitales y pueblos de España. También publicamos una serie de libros, como uno de Doménico Caporilli, el guionista de “Sin novedad en el Alcázar”, llamado El asedio del Alcázar de y una novela de la hispanovenezolana Lídice Pepper, Tiempo de amor y odio. El miércoles de la semana que viene (28 de septiembre) tendremos la presentación de un libro de fotografías de la defensa y liberación del Alcázar, editado por La Esfera de los Libros. Todos se presentarán en el salón de actos del Centro Cívico Padilla, en la toledana calle de Santo Domingo “El Antiguo” nº 4. Además de todo eso, y como objetivo importante, tenemos la idea de abrir una sala de exposiciones y museo en la sede de la Hermandad en Toledo, en la calle Alférez Provisional. Curriculum de Blas Piñar Gutiérrez Casado, tiene tres hijos y dos nietos. Nace el 25 de abril de 1948 en Madrid, donde realiza sus estudios de primaria y secundaria, iniciando los estudios de Derecho en 1965. Ingresa en la Academia General Militar en 1968 (XXVII promoción), recibiendo el despacho de Teniente de Infantería en 1972. Sus primeros destinos fueron el Centro de Instrucción de Reclutas nº 1 (Colmenar Viejo), el Regimiento de Infantería Motorizable Saboya nº 6 (Leganés) y la Compañía de Operaciones Especiales nº 41 (Barcelona). Obtiene el título de licenciado en Derecho por la Universidad complutense de Madrid. en 1974. Como Capitán desempeñó en el Batallón de Cazadores de Montaña Cataluña IV (Berga, Barcelona), en la Instrucción Militar de la Escala de Complemento, en el CIR nº 8 (Alicante) y en el Parque de Automóviles nº 1 (Villaverde). De Comandante y Teniente Coronel estuvo destinado en la Escuela Logística del Ejército y en el Estado Mayor de la División Acorazada Brunete nº 1. Como Coronel desempeñó en el CESEDEN (Centro Superior de Estudios para la Defensa Nacional) y al mando del Regimiento de Infantería Mecanizada Asturias nº 31. De General fue Subdirector de Doctrina del Ejército (Granada). Cursos militares: - Operaciones Especiales (Guerrilleros). - Paracaidista. - Buceador de Combate. - Buceador de Asalto. - Inteligencia Táctica. - Inteligencia Estratégica. - Estado Mayor. Comisiones en el extranjero: - Misión ONUCA en Centroamérica. 1990. - Escuela de Guerra en la República Argentina. 1993. - Agregado Militar en Buenos Aires, Asunción y Montevideo. 1995 a 1998. - Mando de la Agrupación Táctica Española XVIII en Bosnia-Herzegovina. Misión SFOR de la OTAN. 2002. - Jefe de la Delegación española en el Comando Central norteamericano, USCENTCOM, Tampa, Florida. 2005. Es Presidente de la Hermandad Santa María del Alcázar de Toledo. ALERTA DIGITAL

jueves, 26 de abril de 2012

El estado de las relaciones FSSPX-Roma, según la FSSPX

El estado de las relaciones FSSPX-Roma, según la FSSPX Publicamos la parte relacionada directamente con el tema de las relaciones Roma-FSSPX del sermón de Mons. Bernard Fellay, Superior general de la Fraternidad San Pío X, pronunciado la fiesta de la Inmaculada Concepción, 8 de diciembre de 2011, en Ecône. Puede verse completo en DICI. Estas son las más recientes palabras de esta Fraternidad sobre las conversaciones en curso con la S. Sede Apostólica. El combate espiritual de la Fraternidad San Pío X Al saludar a la Santísima Virgen y sus virtudes, aunque no pensamos inmediatamente en ello, la Iglesia nos recuerda que no se trata únicamente de una hermosísima perfección, sino al mismo tiempo de una victoria. Y quien dice victoria, dice igualmente combate y lucha. Si la Fraternidad quiere tender a esta santidad, ha de luchar. Sus miembros han de luchar. Contra sí mismos, desde luego, pero también contra el mundo. Se trata un poco de todo nuestro programa. Ahí descubrimos algo muy misterioso: la época en que vivimos. Por un gran misterio, Dios ha permitido que el espíritu del mundo intente introducirse en la Iglesia. No hay que luchar únicamente contra los enemigos exteriores, sino también contra un espíritu no católico que ha entrado en la Iglesia. Manifiestamente, se ve con claridad que con todos los cambios recientes, la introducción de este espíritu se efectuó en el momento del concilio Vaticano II. Es una tragedia atroz. Este mal es un gran misterio. Pablo VI habló del «humo de Satanás». Es como si el demonio hubiera puesto un pie en el santuario. Es una realidad que nos deja helados, radicalmente lo contrario de lo que es la Iglesia. En el Credo, cantamos que ella es santa y nosotros creemos que lo es. Y resulta que algunos prelados, obispos, cardenales e incluso Papas invitan a hacer lo que la Iglesia siempre ha prohibido, con graves prohibiciones y con amenazas que llegaban hasta la excomunión. Éste es el motivo por el cual Mons. Lefebvre dijo «no puedo». Y si ustedes mismos están aquí es por el mismo motivo: no, no podemos, porque tales cosas ofenden a Dios. Es un gran misterio, porque al mismo tiempo que vemos estas cosas y que se debe decir «no», hay que seguir diciendo también que la Iglesia tiene las promesas de Dios: «Las puertas del infierno no prevalecerán contra ella» (Lc 16, 18). Por una parte hay que mantener que es la Iglesia de Cristo, la Iglesia fundada por Dios, y por otra vemos muchos elementos que no son de la Iglesia, que son lo contrario de ella y que están en su interior. Demos una imagen concreta que nos ayude a comprender esto: es como una enfermedad que se ha introducido en un cuerpo; tal enfermedad es como un cuerpo extraño, pero ese cuerpo extraño está en el interior. ¿Cómo reaccionan las células que se encuentran en presencia de esos cuerpos extraños? Es evidente: ¡intentan defenderse! Y resulta que ahí, peor aún, los órganos de control nos dicen: «Ustedes no tienen que defenderse». Hay que tragárselo todo y aceptarlo todo. Y desde hace 40 años, pronto 50, estamos en ese estado, pues hasta ahora no vemos un gran cambio. Las propuestas recientes de Roma Ustedes se han enterado de que ha habido una propuesta de Roma, propuesta que dice: «Estamos dispuestos a reconocerlos a ustedes». El problema es que sigue habiendo una condición. Esta condición ha podido variar un poco en su formulación, pero en el fondo sigue siendo la misma. Esta condición es: hay que aceptar el Concilio. Podría resumirse la situación actual diciendo: «Sí, ustedes pueden criticar el Concilio, pero con una condición: primero hay que aceptarlo». Y nosotros decimos: «¿Que se puede criticar después?» Creo que este es un resumen honesto de la situación actual. No es difícil describirles a ustedes nuestra respuesta. Evidentemente, las fórmulas son cada vez más interesantes y cada vez más próximas a lo que decimos nosotros. Actualmente, estamos llegando a un punto que manifiesta la profundidad del problema. En esa famosa propuesta, se nos dice: «Ustedes se comprometen a reconocer que en los puntos del Concilio que plantean dificultad, el único modo de comprenderlos es entenderlos a la luz de la Tradición continua y perpetua, o sea, a la luz del Magisterio precedente». La luz de la Tradición es el único modo con el que se pueden comprender los puntos dudosos. Van incluso más lejos: «Cualquier proposición e interpretación de estos textos dudosos, que se opusieran al Magisterio perpetuo y continuo de la Iglesia, debe rechazarse…». Es lo que nosotros hemos hecho siempre. Pero hay un diminuto inciso que añade: «…como dice el Nuevo Catecismo»; ahora bien, el Nuevo Catecismo repite lo que dice el Concilio. Dicho de otro modo, sobre el principio no podemos estar sino de acuerdo. En cambio, la aplicación es completamente opuesta. Ellos pretenden que están aplicando el principio, diciendo: todo lo que se hizo en el Concilio es fiel a la Tradición y está en coherencia con ella, ya se trate del ecumenismo o de la libertad religiosa. Esto les muestra a ustedes la gravedad del problema. Hay un problema en algún lado. No puede ser de otro modo. El problema radica en la comprensión de algunas palabras, y por supuesto éstas son: «Tradición» y «Magisterio». El modo con que ellos comprenden estas palabras es subjetivo. Desde luego, la palabra «tradición» se puede comprender eventualmente en el sentido de «transmitir»: el acto de transmitir. Es una transmisión. Pero el modo habitual de comprender esta palabra versa sobre su contenido. ¿Qué es lo que se transmite? ¿Qué es lo que se transmite de generación en generación? La definición clásica de la Tradición es «lo que se ha creído siempre y en todas partes» (Conmonitorio de San Vicente de Lerins). «Lo que» designa aquí el objeto. Pero ahora es como si se pasara del objeto al sujeto, no fijándose sino en quién transmite. Por lo cual, nos hablan de «tradición viva», por que el que transmite, cuando transmite, está vivo. Ahora bien, la vida se mueve y cambia. Los Papas cambian… y, por consiguiente, la tradición cambia, pero sigue siendo la tradición. Se trata de la misma tradición, pero que cambia. La Iglesia ha considerado también este sentido, pero de un modo completamente secundario. No se refiere a esto cuando habla de la Tradición, sino a lo que se denomina el depósito de la fe, el conjunto de verdades que Dios ha confiado a la Iglesia para que lo transmita de generación en generación, para que las almas se salven. Se trata del contenido. Por esta razón, con la definición de la infalibilidad en el concilio Vaticano I, la Iglesia enseña que el Espíritu Santo fue efectivamente prometido a San Pedro y a sus sucesores, es decir, a los Papas; pero no fue prometido de tal modo que, mediante una nueva revelación, los Papas enseñasen algo nuevo. Fue prometido para que, con la ayuda del Espíritu Santo, San Pedro y los Papas conserven santamente y transmitan fielmente algo que no cambia, esto es, el depósito revelado. ¿Dónde está el verdadero problema de la Iglesia? Ahí estamos. Esto es lo que intentamos hacer; ya que efectivamente hay un gesto de Roma hacia nosotros, hay que reconocerlo, un gesto sorprendente después de las discusiones doctrinales en las que se comprobó que no estábamos de acuerdo. En efecto, se trata de una situación parecida a la de dos personas que se encuentran, discuten y llegan a la conclusión de que no están de acuerdo. ¿Entonces, qué estamos haciendo? Roma nos dice: ¡ustedes tienen que aceptar! Y nosotros respondemos: no podemos. Por lo cual, lo que decidimos hacer, además de responderles que no podemos, es decirles: ¿no podrían ustedes mirar las cosas de un modo un poco distinto? ¿no podrían ustedes intentar comprender que no es la Fraternidad la que constituye un problema? Hay efectivamente un problema en la Iglesia, pero no es la Fraternidad; nosotros no somos un problema sino porque les estamos diciendo a ustedes que hay un problema. Así que les pedimos que se ocupen del verdadero problema. Estamos dispuestos, y no deseamos sino una cosa: atacar precisamente el verdadero problema. Ustedes se dan cuenta de que humanamente no hay mucha esperanza de que acepten cambiar su postura. ¿Tal vez los sinsabores de la Iglesia? El hecho de que actualmente se está manifestando de un modo mucho más claro el desastre y la infertilidad: ya no hay vocaciones. Es algo espantoso. Estaba viendo hace unos momentos el número de Hermanas de la Caridad, aquellas hermanas que estaban por todas partes en Francia: creo que ya no quedan en toda Francia sino 3 de entre 30 y 40 años; e igualmente 3 de entre 40 y 50 años; la mayor parte, es decir unas 200, se sitúan entre 70 y 80 años, o entre 80 y 90 años. Algunas ya tienen más de 100 años, y resulta que numéricamente son más que las que tienen 20, 30, 40 ó 50 años. Y si consideramos el conjunto de 20 a 50 años, tan sólo hay una más que las que tienen 100 o más años: 9 contra 8. ¡Las hermanas que en todas partes en el campo se ocupaban de todas las obras caritativas! Se acabó. Y este es un ejemplo entre miles. Veamos los sacerdotes, desde el punto de vista que se quiera: es una Iglesia que está muriendo y desapareciendo. Es algo que debería hacer reflexionar. Pensamos y esperamos que algunos empiezan a reflexionar, pero tenemos la impresión de que no basta. Por supuesto, hace falta una gracia. Hay que rezar. ¡Recen! Recen para que Dios libere realmente a la Iglesia y para que la Santísima Virgen haga algo. Ella es la que prometió que al fin triunfaría su Corazón Inmaculado, para sacar a la Iglesia de este desastre. Para nosotros, que estamos implicados en esta gran batalla por la Iglesia, hoy resulta un honor extraordinario poder ser miembros de esta Fraternidad. Por ello, le pedimos a la Santísima Virgen ser dignos miembros de esta Fraternidad. Vivamos según sus estatutos, fielmente. Observen ustedes el reglamento del seminario, como se les pide, de todo corazón, poniendo en ello la gran caridad que nos piden los Estatutos de la Fraternidad. Se la hemos de pedir a la Santísima Virgen, para que realmente, cada día, agrademos a Dios y nos santifiquemos, y mediante ello, podamos ganar almas para Dios, las almas que se nos confían, para la mayor gloria de Dios, y el honor de la Santísima Virgen y de la Iglesia. Así sea. (Fuente: FSSPX/Ecône – Transcripción y títulos de DICI)

miércoles, 25 de abril de 2012

EL ECUMENISMO DE BENEDICTO - III

El ecumenismo de Benedicto - III Commentario Eleison CCIL En estos “Comentarios” hace dos semanas se encontraba la promesa de examinar tres citas del Vaticano II que han hecho mucho para disolver la Iglesia de Jesucristo, la cual es la Iglesia Católica. Y hace una semana se encontraba la advertencia que los textos del Vaticano II son ambiguos, de tal manera que se los puede siempre hacer aparecer como si no hubiera nada erróneo en ellos. Pero uno solo de sus dos posibles significados es inocente. El otro significado es mortal para la Iglesia Católica, como lo han probado los últimos 40 años. La primer cita está tomada de Lumen Gentium # 8. Aquí está: “ La única Iglesia de Cristo…establecida y organizada en este mundo como una sociedad, subsiste en la Iglesia Católica, gobernada por Pedro y por los obispos en comunión con él”. Ahora, ¿que es lo que esta palabra “subsiste” significa aquí? La ambigüedad es que esta palabra puede significar o bien que la Iglesia de Cristo existe principalmente y solamente en la Iglesia Católica Romana, lo cual es lo que la Iglesia siempre enseñó hasta el Vaticano II, o bien que la Iglesia de Cristo existe principalmente pero no solamente en la Iglesia Católica, en cuyo caso la Iglesia de Cristo existe también parcialmente afuera de la Iglesia Católica. Esto abre la puerta al ecumenismo Conciliar que destruye la proclamación dogmática de la Iglesi a Católica de ser la exclusiva arca de salvación: “Extra Ecclesiam nulla salus”. El problema aquí es que también es un dogma que la Iglesia es una. En cada Misa dominical escuchamos o cantamos que creemos en la “una, santa, católica y apostólica Iglesia”. Entonces, ¿cómo puede la Iglesia de Cristo estar dividida entre algunas comunidades más o menos parecidas a la Iglesia? Si la Iglesia es una no puede ser varias. Si es varias, no puede ser una. En su libro sobre “Benedicto XVI y cómo la Iglesia se ve a sí misma”, el Dr. Wolfgang Schüler da una serie de citas de Joseph Ratzinger para mostrar como en cuanto teólogo joven promovió entusiásticamente la destrucción de la exclusividad de la Iglesia Católica, pero en cuanto Cardenal y Papa ha luchado para mantener también la unicidad de la Iglesia. La segunda cita está tomada de Unitatis Redintegratio # 3: “De entre el conjunto de elementos o bienes con que la Iglesia se edifica y vive, algunos, o mejor, muchísimos y muy importantes pueden encontrarse fuera del recinto visible de la Iglesia ”. Ahora, el significado obvio de estas palabras es que lo mismo que las monedas de oro pueden construir una pila pero también pueden encontrarse como monedas idénticas de oro afuera de la pila, así los elementos de la Iglesia apilados por el Concilio tal como “fe, esperanza, caridad y otros dones del Espíritu Santo” pueden ser reconocidos como existiendo como tales afuera de la Iglesia Católica. Pero Nuestro Señor dice que las ramas amputadas de su viña se secan y mueren (Jn.XV, 6). ¿Y qué es su viña sino su Iglesia? La tercera cita saca la conclusión lógica, justo un poco mas adelante en el mismo documento (U.R. # 3): “Por consiguiente…las Iglesias y comunidades separadas (de la Iglesia Católica) no están desprovistas de sentido y de valor en el misterio de la salvación, porque el Espíritu de Cristo no ha rehusado servirse de ellas como medios de salvación…” Pero como Monseñor Lefebvre dijo: “En la medida en que estas comunidades se encuentran separadas de la Iglesia Católica, no pueden gozar de la asistencia del Espíritu Santo, ya que su separación significa una resistencia al Espíritu Santo. El puede actuar directamente solamente sobre las almas, y puede usar directamente solamente medios, que no muestran ninguna señal de separación”. El Vaticano II tomó lo que es la Iglesia en un sentido esencialmente erróneo, haciendo un contrasentido sobre lo que es la esencia de la Iglesia. Veamos luego con la ayuda del Dr. Schüler como Benedicto XVI puso a la vez el freno y el acelerador a este contrasentido. Kyrie eleison

lunes, 16 de abril de 2012

“Roma y Ecône, a punto de sellar el acuerdo” ?¿?¿


Urgente: Le Figaro – “Roma y Ecône, a punto de sellar el acuerdo” (actualizado II)
Del diario francés Le Figaro en un artículo firmado por su corresponsal principal en religión, Jean-Marie Guénois. Al momento de esta publicación, Rorate Caeli y Saint Louis Catholic se están haciendo eco de lo publicado por el diario francés. En cuanto al periodista Guénois, en este tema específico tuvo publicaciones acertadas en el pasado, por ej. véase aquí, aquí y aquí.


Roma y Ecône a punto de sellar el acuerdo (texto completo)

por Jean-Marie Guénois

La firma de un documento que establece las relaciones entre la Santa Sede y los discípulos del arzobispo Lefebvre es una cuestión de días.

Oficialmente, el Vaticano espera la respuesta del obispo Bernard Fellay, jefe de los lefebvrianos. Tan pronto como se reciba en Roma - "es una cuestión de días, y ya no de semanas"-, será examinado de inmediato. Si se ajusta a las expectativas, la Santa Sede, muy pronto anunciará un acuerdo histórico con este grupo de fieles, conocidos con el nombre de "integristas".

Sin embargo, extraoficialmente, y con la mayor discreción, desde ambos lados los emisarios han trabajado para "llegar a un acuerdo". En las últimas semanas, han concluido los ajustes finales entre Roma y Ecône en orden a responder mejor a la demanda de "aclaraciones" solicitada por el Vaticano el pasado 16 de marzo.

Una negociación muy delicada

Es así que la respuesta final de Mons. Fellay, muy bien meditada y bien preparada, debe establecer - esta vez, definitivamente - una negociación muy delicada, que fue relanzada por el Papa Benedicto XVI tras su elección, en 2005.

La comisión "Ecclesia Dei", que se encuentra dentro de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el ministerio más importante en el Vaticano, está a cargo de este expediente. Pero también es, en este punto, es seguido personalmente por Benedicto XVI. Y quiere un acuerdo.

Lo que permite considerar, por parte de personas bien informadas, que un resultado positivo realmente tendrá lugar. Incluso a costa de la permanencia e insistencia en los profundos desacuerdos respecto al Concilio Vaticano II. Desacuerdos completamente aceptados, además, por el Papa.

Él ha puesto su pontificado en la línea de reinterpretación del Concilio Vaticano II. Siguiendo dos directrices: salirse del espíritu de "ruptura" del 68 y evitar la oposición entre la más alta tradición de la Iglesia y la modernidad.

Cincuenta años de oposición

El lunes, Benedicto XVI llegará a 85 años de edad. Está cansado. Su entorno no lo oculta. Ha tenido que descansar esta semana en Castel Gandolfo, después de sus agotadores viajes a México y Cuba, luego de las largas celebraciones de Semana Santa. Su Santidad debería estar de vuelta en el Vaticano el viernes por la noche. Con una prioridad de su entera responsabilidad: la decisión sobre el caso lefebvrista. Será uno de los de mayor peso en el Pontificado.

Durante cincuenta años, los Lefebrvistas se han mantenido opuestos a la Santa Sede en relación con el Concilio Vaticano II. Y en la ruptura formal jurídica desde junio de 1988, cuando Mons. Marcel Lefebvre ordenó a cuatro obispos a pesar de interdicto del Papa.

Joseph Ratzinger se colocó en su momento por Juan Pablo II, al frente de las negociaciones con el obispo rebelde. Él nunca ha aceptado el fracaso. Tampoco, una vez convertido en el Papa, la posibilidad de un cisma permanente en la Iglesia.
Benedicto XVI impulsa a la Iglesia a reconciliarse con ella.

Uno tras otro, Benedicto XVI ha demolido, con toda su autoridad papal, los obstáculos que impedían una plena reconciliación con los discípulos de Mons. Marcel Lefebvre.

Y, si el acuerdo final se anuncia en los próximos días, la parte esencial de la obra ya fue puesta en marcha por este Papa:

- El restablecimiento en 2007 - como un "extraordinario" rito de la Iglesia Católica - de la misa celebrada en latín, es decir, según el Misal de Juan XXIII en vigor antes del Concilio.

- La eliminación, en 2009, de las excomuniones impuestas sobre los cuatro obispos ordenados por Mons. Lefebvre.

- La puesta en marcha de las discusiones doctrinales entre la Santa Sede y la Fraternidad de San Pío X, en ese mismo año, en relación con el Concilio Vaticano II.

El aparente fracaso de este último, hace un año, había dado la impresión de un completo fracaso de la negociación.

El desacuerdo doctrinal entre los lefebvristas y Roma en relación con el Concilio Vaticano II fue efectivamente abisal. Pero se había olvidado que el objeto de esas conversaciones no fue el de llegar a un acuerdo, pero el establecer una lista de divergencias con sus respectivas razones.

Se sabe fuertemente y, por tanto, sin ninguna ambigüedad, que Roma tiene la intención de sellar esta unidad encontrada de nuevo con Ecône, bastión de los lefebvrianos en Suiza.

Esto probablemente se llevará a cabo con la creación de un estatuto especial - una "prelatura personal" - ya experimentado por el Opus Dei. Esta estructura garantiza una verdadera autonomía de acción en el momento mismo que la fe católica es compartida. Sus superiores responden directamente al Papa, y no a los obispos.

Sin embargo, la verdadera "revolución" que Benedicto XVI tiene intención de dejar a la vista de la historia de la Iglesia Católica está en otra parte. No está relacionado a los aspectos periféricos de la Iglesia Católica. Estos ya han enfurecido a los grupos que se oponen a esta reconciliación. Los llamados "progresistas" de la Iglesia conciliar, que ven las "ganancias" del Concilio Vaticano II puestas en duda. Los "ultras" en las filas lefebvristas, que ven en esto una traición y un compromiso con el modernismo de Roma.

Esta revolución apunta a una visión ampliada de la Iglesia Católica. Benedicto XVI, el teólogo, nunca ha aceptado que en 1962 la bimilenaria Iglesia Católica se habría distanciado de la cultura y de la fuerza de su pasado. Más que a una reconciliación con los lefebvristas, lo que él pretende, con este gesto, es una reconciliación de la Iglesia Católica con ella misma.

jueves, 12 de abril de 2012

LOS JUDÍOS SEGÚN LA DOCTRINA CRISTIANA




LOS JUDÍOS SEGÚN LA DOCTRINA CRISTIANA





Ya en el Nuevo Testamento, la doctrina cristiana sobre los judíos es muy clara. En cualquier caso, ningún católico puede creer nada que vaya contra el sentir unánime de los Santos Padres [1]. Pues bien, todos los Padres de la Iglesia manifiestan unánimemente el mismo sentir respecto a los judíos. Veremos también que el Magisterio conciliar y pontificio reitera la misma enseñanza, como no podía ser de otra manera. Harían falta muchos libros para recopilar todo lo que los Padres dicen contra el pueblo deicida. Veamos sólo unos pocos de los textos más importantes.San Juan Crisóstomo, Padre y Doctor de la Iglesia, proclamado por San Pío X patrón de todos los predicadores católicos del mundo, es el más importante de los Padres Orientales; aparte de que a ningún judaizante actual le agradaría lo que San Juan dice en cada una de sus obras sin contradecirse, nos ha dejado nada menos que ocho extensas homilías contra los judíos. Veamos algunos fragmentos:"Siempre que el judío os dice a vosotros: fueron los hombres los que nos hicieron la guerra, fueron los hombres los que conspiraron contra nosotros; contestadles: los hombres no os hubieran hecho la guerra si Dios no lo hubiera permitido." "Mi verdadera guerra es contra los judíos... los judíos han sido abandonados por Dios, y por el crimen de este Deicidio no hay expiación posible."
[2] "Pero ahora vosotros habéis eclipsado todas las maldades del pasado, pero de ningún modo dejasteis atrás el grado sumo del delito, mediante vuestra locura cometida contra Cristo. Por ello estáis ahora siendo castigados peor aún que en el pasado. Toda vez que, si ésa no es la causa de vuestra actual deshonra, ¿por qué motivo, aun siendo vosotros unos asesinos de niños, Dios se contentó con vosotros en otro tiempo y en cambio vuelve ahora la espalda a quienes llegan a tales atrevimientos? Verdaderamente está claro que os atrevisteis a un delito mucho mayor y peor que el infanticidio y que cualquier delito asesinando a Cristo". [3] También entre los Padres Orientales nos encontramos con San Eusebio de Cesarea, a quien debemos gran parte de lo que conocemos sobre los cristianos de los primeros siglos. Martirizado el año 308, San Eusebio nos enseña cosas como la siguiente:"Se pueden oír los gemidos y lamentaciones de cada uno de los profetas, gimiendo y lamentándose característicamente por las calamidades que caerán sobre el Pueblo Judío a causa de su impiedad a Aquél que han abandonado. Cómo su reino ... debería ser totalmente destruido después de su pecado contra Cristo; cómo la Ley de su Padre debería ser abrogada, ellos mismos privados de su antiguo culto, despojados de la independencia de sus antepasados y convertidos en esclavos de sus enemigos en vez de ser hombres libres. Cómo su metrópolis real debería ser arrasada por el fuego. Su santo altar experimentar las llamas y la extrema desolación, su ciudad no más tiempo habitada por sus antiguos poseedores, sino por razas de otro tronco, mientras ellos deberían ser dispersados entre los gentiles por el mundo entero sin tener nunca una esperanza de cesación alguna del mal o espacio para respirar de su congoja".
El mismo sentir es el que manifiestan el resto de Padres Orientales. Entre los Padres Occidentales, cabe citar, para no extenderse, a San Ambrosio de Milán y a San Jerónimo.A San Jerónimo debemos la Vulgata, texto canónico oficial de las Sagradas Escrituras [4]. Entre otras muchas cosas sobre los judíos (todas, sin excepción, en la misma dirección) él nos enseñó: "Esta maldición continúa hasta el día de hoy sobre los judíos, y la sangre del Señor no cesará de pesar sobre ellos".San Ambrosio, aparte de ser el maestro de San Agustín [5], ha sido siempre considerado el modelo a seguir para todos los obispos católicos. Como él nos explica, la Sinagoga es: "una casa de impiedad, un receptáculo de maldades, que Dios mismo había condenado" [6]. La Santa Madre Iglesia continuará siempre enseñando a sus hijos las mismas enseñanzas de doctrina apostólica que habían sido firmemente defendidas por los Santos Padres. Así nos adentramos en la esplendorosa Edad Media, con un doctor tan importante para los siglos venideros como San Bernardo de Claraval
afirmando tajantemente: "Los judíos han sido dispersados por todo el mundo, para que mientras paguen la culpa de tan gran crimen, puedan ser testigos de nuestra Redención" [7].Las mismas enseñanzas van encontrarse en los grandes santos de la Edad Media, el Renacimiento y los siglos posteriores hasta nuestros días. Entre los Doctores de la Iglesia, Santo Tomás de Aquino, máximo expositor de la Doctrina de la Iglesia y que debe tomarse como guía segura para todo católico [8], no se desvía un ápice de la doctrina de los Padres de la Iglesia sobre los judíos, ni tampoco de las enseñanzas de los santos que le precedieron.El Aquinate, consultado por la Duquesa de Brabante sobre si era conveniente que en sus dominios los judíos fueran obligados a llevar una señal distintiva para diferenciarse de los cristianos, contesta: "Fácil es a esto la respuesta, y ella de acuerdo a lo establecido en el Concilio general [9], que los judíos de ambos sexos en todo territorio de cristianos en todo tiempo deben distinguirse en su vestido de los otros pueblos. Esto les es mandado a ellos en su ley, es a saber, que en los cuatro ángulos de sus mantos haya orlas por las que se distingan de los demás".El Doctor Angélico también sostuvo doctrinalmente que: "Los judíos no pueden lícitamente retener lo adquirido por usura, estando obligados a restituir a quienes hayan extorsionado ... Los judíos por razón de sus culpas están en perpetua servidumbre, los señores pueden por lo tanto, tomarles sus cosas, dejándoles lo indispensable para la vida"
[10]. Y además: "A los judíos no se les debería permitir quedarse con lo obtenido por medio de la usura; lo mejor sería que se les obligara a trabajar para ganarse la vida, en vez de no hacer otra cosa que hacerse más avaros" [11]. Y respecto a la postura que los judíos tomaron hacia Nuestro Señor: "Pues veían en Él todas las señales que los profetas dijeron que iba a haber [...] pues veían con evidencia las señales de la Divinidad de Él, mas por odio y envidia hacia Cristo, las tergiversaban; y no quisieron confiar en las palabras de Éste, con las cuales se confesaba Hijo de Dios" [12]. Los concilios de la Iglesia, así como los papas, han ido siempre en la misma dirección del sentir unánime de los Padres y de los santos [13]. Aunque podamos extraer testimonios de todos los papas de la historia que como tales se han manifestado al efecto [14], baste con que citemos a tres: uno a caballo entre la Antigüedad Tardía y la Edad Media (San Gregorio Magno), otro del Renacimiento (San Pío V) y otro de época moderna (Benedicto XIV).Benedicto XIV, dejando al margen otros documentos [15]
en que trata la cuestión judía mostrándose firme en preservar lo que dice la tradición, en la encíclica A quo primum nos enseña:"Los judíos se ocupan de asuntos comerciales, amasan enormes sumas de dinero de estas actividades, y proceden sistemáticamente a despojar a los cristianos de sus bienes y posesiones por medio de sus exacciones usurarias. Aunque al mismo tiempo ellos piden prestadas sumas de los cristianos a un nivel de interés inmoderadamente alto, para el pago de las cuales sus sinagogas sirven de garantía, no obstante sus razones para actuar así son fácilmente visibles. Primero de todo, obtienen dinero de los cristianos que usan en el comercio, haciendo así suficiente provecho para pagar el interés convenido, y al mismo tiempo incrementan su propio poder. En segundo lugar, ganan tantos protectores de sus sinagogas y de sus personas como acreedores tienen".A San Pío V le debemos, entre otras cosas, haber sido el artífice de la victoria de Lepanto y haber extendido el Santo Rosario, además de codificar el rito romano de la Santa Misa. Entre sus numerosos escritos tratando la cuestión judía [16], podemos citar la famosa bula Hebraeorum Gens [17], de la que extraemos lo siguiente:"El pueblo judío ... llegado el tiempo de la plenitud, ingrato y pérfido, condenó indignamente a su Redentor a ser muerto con muerte ignominiosa ... omitiendo las numerosas modalidades de usura con las que por todas partes, los hebreos consumieron los haberes de los cristianos necesitados, juzgamos como muy evidente ser ellos encubridores y aun cómplices de ladrones y asaltantes que tratan de traspasar a otro las cosas robadas y malversadas u ocultarlas hasta el presente, no sólo las de uso profano, mas también las del culto divino. Y muchos con el pretexto de tratar asuntos propios de su oficio, ambicionando las casas de mujeres honestas, las pierden con muy vergonzosos halagos; y lo que es más pernicioso de todo, dados a sortilegios y encantamientos mágicos, supersticiones y maleficios, inducen a muchos incautos y enfermos a los engaños de Satanás, jactándose de predecir el futuro, tesoros y cosas escondidas... Por último tenemos bien conocida e indagada la forma tan indigna en que esta execrable raza, usa el nombre de Cristo, y a qué grado sea dañosa a quienes, habrán de ser juzgados con
dicho nombre y cuya vida pues está amenazada con los engaños de ellos".Citemos, por último, a San Gregorio Magno [18], por haber conjugado en su persona el ser el último de los Padres latinos y Papa a la vez. Puesto que ahora hay quien cree que los judíos son hermanos en Abraham, no está de más traer a colación la siguiente enseñanza: "Si nosotros, por nuestra fe, venimos a ser hijos de Abraham, los judíos, por su perfidia, han dejado de serlo" [19].Lógicamente, también los concilios, tanto locales como universales, siempre que se han pronunciado sobre el problema judío, lo han hecho homogéneamente con las enseñanzas de los Padres, Doctores y Sumos Pontífices.De los concilios locales [20] nos limitaremos a citar un par de cánones de concilios toledanos, por la particular autoridad dogmática de valor universal que la Santa Iglesia Romana siempre les ha concedido:"... Cualquier obispo, presbítero, o seglar, que en adelante les prestare apoyo (a los judíos) ... bien sea por dádivas bien por favor, se considerará como verdaderamente profano y sacrílego, privándole de la comunión de la Iglesia Católica, y reputándole como extraño al reino de Dios, pues es digno que se separe del cuerpo de Cristo el que se hace patrono de los enemigos de este Señor"
[21]. "De la perfidia de los judíos. Aunque en la condenación de la perfidia de los judíos, hay infinitas sentencias de los Padres antiguos y brillan además muchas leyes nuevas; sin embargo como según el vaticinio profético relativo a su obstinación, el pecado de Judá está escrito con pluma de hierro y sobre uña de diamante, más duros que una piedra en su ceguera y terquedad. Es, por lo tanto, muy conveniente que el muro de su infidelidad debe ser combatido más estrechamente con las máquinas de la Iglesia Católica, de modo que, o lleguen a corregirse en contra de su voluntad, o sean destruidos de manera que perezcan para siempre por juicio del Señor" [22]. Finalmente, entre los ecuménicos, baste recordar el IV Concilio de Letrán, concilio importantísimo que definió dogmas como el Extra Ecclesiam nulla salus, la Transubstanciación o la existencia del Infierno. Este concilio, en su canon 68, es diáfano expresando cómo los judíos, malditos de Dios, deben llevar un distintivo especial en sus ropas.



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[1] Pío IV, bula Iniunctum nobis, 13 de noviembre de 1564: "...el verdadero sentido de las Sagradas Escrituras tampoco lo aceptaré ni interpretaré jamás sino conforme al sentir unánime de los Padres".
León XIII, encíclica Providentissimus Deus, 18 de noviembre de 1893: "los Santos Padres que 'después de los Apóstoles plantaron, regaron, edificaron, apacentaron y alimentaron a la Iglesia y por cuya acción creció en ella', tienen autoridad suma siempre que explican todos de modo unánime".[2] Oratio IV Adversus Iudaeos.[3] Oratio VI, 2 Adversus Iudaeos.[4] El Concilio de Trento establece: "Si alguno no recibiere esos mismos libros íntegros con todas sus partes, como ha sido costumbre leerlos en la Iglesia católica y se contienen en la vieja edición de la Vulgata latina, como sagrados y canónicos, o si sabiéndolo y con deliberación despreciare las tradiciones anteriormente dichas, sea excomulgado".[5] San Agustín es el Doctor de la Iglesia más importante de todos los tiempos, después de Santo Tomás de Aquino. Además de su Tratado contra los judíos, su tratamiento del tema no se desvía un ápice del resto de Doctores en todas sus demás obras, donde frecuentemente habla de la cuestión judía. [6] Epístola IX al emperador Teodosio.[7] Epístola 363 a la Iglesia de Francia Oriental.[8] El Papa San Pío X, en la encíclica Pascendi, proclama solemnemente: "Es importante notar que, al prescribir que se siga la filosofía escolástica, Nos referimos a la que enseñó Santo Tomás de Aquino: todo lo que Nuestro Predecesor decretó acerca de la misma, queremos que siga en vigor y, por si fuera necesario, lo repetimos y lo confirmamos, y mandamos que se observe estrictamente por todos". Y el papa Pío XII, en la encíclica Humani generis (1950), enseña que la filosofía tomista es la guía más segura para la doctrina católica y condena toda desviación de ella.
[9] IV de Letrán, año 1215, c. 68.[10] Opera Omnia. Edición Pasisills, 1880. Tábula 1 a-o, tomo XXXIII, p. 534.[11] De regimine principum.[12] Summa Theologica, 3 p., qu. 47, art. 5.[13] Es famoso el caso de San Juan de Capistrano, muy conocido como "azote de los judíos"; este santo franciscano capuchino, de gran ascetismo y virtud, fue empleado como embajador en muchas y muy delicadas misiones diplomáticas y con muy buenos resultados. Tres veces le ofrecieron los Sumos Pontífices nombrarlo obispo de importantes diócesis, pero prefirió seguir siendo humilde predicador, pobre y sin títulos honoríficos. Se le confiaron misiones delicadas, como la detracción de los Fraticelli, la lucha en Moravia contra la herejía husita (obra del judío Jean Huss), las negociaciones para la incorporación de los griegos a la Iglesia Romana, la vigilancia de los judíos, la contención del cisma de Basilea, etc. Por iniciativa de santos como él, los judíos tenían que llevar un gorro de dos cuernos (pileteum cornutum), que simbolizaba su filiación diabólica (Cf. Jn. 8, 44), así como una estrella amarilla identificativa para guardarse de su maldad, y se les recluía en guetos. Por la influencia de San Juan de Capistrano, el Papa Martín V, inicialmente indulgente con los judíos por ignorancia, cambió de actitud.[14] Entre otros: Honorio III (1217 y 1221), Gregorio IX (1233), Inocencio IV (1244), Clemente IV (1267), Gregorio X (1274), Nicolás III (1278), Nicolás IV (1288), Juan XXII (1317 y 1320), Urbano V (1365), Gregorio XI (1375), Martín V (1425), Eugenio IV (1442), Calixto III (1456), Sixto IV (1478), Pablo III (1535, 1542 y 1543), Julio III (1554), Pablo IV (1555 y 1556), Pío IV (enero y febrero de 1562), Gregorio XIII (1577, 1581 y 1584), Sixto V (1586), Clemente VIII (1592 y 1593), Pablo V (1610), Urbano VIII (1625, 166, 1635 y 1636), Alejandro VII (1657, 1658, 1662 y 1663), Alejandro VIII (1690), Inocencio XII (1692), Clemente XI (1704, 1705 y 1712), Benedicto XIII (1726, 1727 y 1729), Pío IX (1858).
[15] Tal es el caso de Postremomens (28 de febrero de 1747), Apostolici Ministerii munus (16 de septiembre de 1747), Singulari Nobis consolationi (9 de febrero de 1749), Elapso proxime Anno (20 de febrero de 1751), Probe te meminisse (15 de diciembre de 1751) y Beatus Andreas (22 de febrero de 1755).[16] Algunos otros son Romanus Pontifex (19 de abril de 1566), Sacrosanctae catholicae ecclesiae (29 de noviembre de 1566) o Cum nos nuper (19 de enero de 1567).[17] Mediante esta bula, el Papa expulsó a los judíos de los Estados Pontificios (26 de febrero de 1569).[18] Entre otras cosas, se puede recordar que San Gregorio Magno escribió también una carta a Recaredo en la que le felicita por no haber aceptado un soborno de 30.000 sueldos de los judíos de Toledo, que pretendían manipular al rey para que ejerciese presión en el Concilio a fin de que no se promulgasen leyes de protección frente al peligro judío.[19] Sermones dominicales de los Santos Padres, Papa San Gregorio Magno.[20] Aparte del Concilio de Jerusalén, que fue el primero y se dedicó a la condena de la herejía judaizante, contamos con el planteamiento del problema judío en el Concilio de Elvira (306), el Concilio de Agde (506) celebrado bajo los auspicios de San Cesáreo, el Concilio de Clermont (535), el Concilio III de Orleans (538), el Concilio de Mâcon (581), el Concilio Trulano (692) considerado siempre el suplemento de los Concilios Ecuménicos V y VI, el Concilio de Gerona (1078), el Concilio de Oxford (1222), el Concilio de Narbona (1235), los Concilios de Vienne y Breslau (1267), el Concilio de Mainz (1310), el Concilio de Basilea (1434), etc.
[21] Concilio IV de Toledo, Canon LVIII.[22] Concilio XVI de Toledo, canon I.





Autor: Guillermo P.

EL ECUMENISMO DE BENEDICTO (II)




El ecumenismo de Benedicto (II)



Commentario Eleison CCXLVII


Como en cualquier controversia provocada por las terribles ambigüedades del Vaticano II, probar o tratar de refutar lo que el Dr. Wolfgang Schüler expone en su libro “Benedicto XVI y cómo la Iglesia se ve a sí misma” podría llevar largo tiempo y eruditos artículos. Sin embargo, su línea principal de argumentación es suficientemente clara y bien vale la pena presentarla a los lectores de los “Comentarios Eleison” para ayudarles a ver claramente en medio de tanta confusión. En este sentido, las comparaciones, si bien tienen sus limites, sí que pueden ayudar.

Un todo puede estar compuesto de partes según dos maneras diferentes: como un árbol viviente o como una pila de monedas. O bien el todo es primario y las partes son secundarias como en el caso de un árbol, o bien las partes son primarias y el todo es secundario como en el caso de una pila de monedas. El árbol como un todo es primario porque sus partes como las ramas pueden ser cortadas, pero el árbol continúa viviendo su vida como árbol y origina nuevas ramas mientras que las ramas cortadas pierden su vida y se transforman en algo totalmente diferente como un leño o una silla. Al contrario, cada moneda separada de su pila de monedas permanece exactamente tal como era en la pila y solamente si suficientes monedas son separadas de la pila, es entonces la pila que desaparece.

Ahora bien, tomada como un todo, la Iglesia Católica ¿es mas como el árbol o como la pila de monedas? La Iglesia Católica es esa sociedad especial de seres humanos que están unidos en esa sociedad por tres cosas: la Fe, los sacramentos y la jerarquía. A las tres es Dios mismo quien les da la vida. La Fe es una virtud sobrenatural de la mente que sólo Dios puede dar. Los sacramentos usan elementos materiales como el agua y el aceite, pero lo que los hace sacramentos es la gracia sobrenatural que ellos llevan y que solamente proviene de Dios. Del mismo modo, la jerarquía está compuesta de seres humanos naturales, pero si ellos no están movidos por Dios nunca podrán por ellos mismos guiar exitosamente las almas hacia el Cielo.

De allí que la Iglesia Católica sea mas como un árbol viviente que como una pila de monedas aunque sean de oro. Porque, así como todo organismo vivo tiene en sí mismo un principio de vida que le da su existencia y su unidad, así la Iglesia Católica tiene en sí misma primariamente a Dios mismo y secundariamente a su jerarquía, que le dan su existencia y unidad. Cuando lo que era una parte de la Iglesia se separa de la jerarquía por un cisma o de la Fe por una herejía, deja de ser Católica y pasa a ser otra cosa, tal como los Ortodoxos cismáticos o los Protestantes heréticos. Si bien es cierto que los creyentes Ortodoxos pueden haber conservado sacramentos válidos, sin embargo, ya que no están más unidos al Vicario de Cristo en Roma, nadie en sus cabales puede llamarlos Católicos.

Pero ahora llega el Vaticano II. Y cambia la concepción de la Iglesia tal como era, a saber la de un árbol viviente o de una viña (Sáegún propia comparación de Nuestro Señor: Jn. XV, 1-6) a la de una pila de monedas de oro. A causa de su deseo de abrir la Iglesia al mundo moderno, los hombres de Iglesia Conciliares empezaron por esfumar las fronteras de la Iglesia (L.G.8). Eso les permitió pretender que existen elementos de la Iglesia di Cristo más allá de los límites visibles de la Iglesia Católica (U.R.3), como las monedas de oro separadas de su pila. Y dado que una moneda de oro permanece una moneda de oro, entonces ellos podían pretender a renglón seguido (U.R.3) que lo que eran elementos de salvación dentro de la Iglesia permanecen como tales también afuera de la Iglesia. De allí innumerables almas sacan la conclusión natural de que yo y a no necesito mas ser un Católico para llegar al Cielo. Esto es el desastre del ecumenismo Conciliar.

Debemos ahora analizar más detalladamente estos textos del Vaticano II antes de considerar los esfuerzos del Papa Benedicto para integrar el ecumenismo que divide a la Iglesia con la doctrina Católica que la unifica.


Kyrie eleison.

martes, 10 de abril de 2012

SERMÓN PARA LA DOMÍNICA DE RESURRECCIÓN




POR: SAN BERNARDO

SERMÓN PARA LA DOMÍNICA DE RESURRECCIÓN

Ha vencido el león de Judá. La sabiduría es más fuerte que el mal. Alcanza con vigor de extremo a extremo y gobierna suavemente el universo. Actúa con energía en favor mío, y me trata siempre con blandura. Soportó en la cruz las injurias de los judíos, encadenó en su palacio al hombre fuerte y bien armado, y redujo a la impotencia al que imperaba sobre la muerte. Judío, ¿qué fue de tu arrogancia? Zabulón, ¿dónde tienes el botín? Muerte, ¿dónde está tu victoria? El impostor está avergonzado, y el saqueador desvalijado.

Apareció un nuevo poder. La muerte, siempre victoriosa, está pasmada. ¿Qué dices ahora, judío, tú que ayer levantabas airoso tu cabeza ante la cruz? ¿Por qué lanzas tus dardos a Cristo, que es la verdadera cabeza del hombre? Cristo, dices, Rey de Israel, baja de la cruz. Lengua envenenada, palabras infames, lenguaje perverso. ¿No decías hace un momento, Caifás, que antes que perezca la nación entera conviene que muera uno por el pueblo? Como proferías una verdad, no hablabas por ti mismo, ni sabías lo que decías. Si es el Rey de Israel, que baje de la cruz.

Así opinas tú y el eterno mentiroso. El rey nunca debe descender,sino ascender. ¿No recuerdas, vieja serpiente, la humillación que recibiste al decir: tírate abajo, o te daré todo eso si te postras y me rindes homenaje? ¿Cómo olvidas tú, judío, eso que tantas veces has oído, que el Señor reinó desde el madero, y te mofas de ese rey porque aguanta en el madero? Pero es posible que no lo hayas oído, porque este mensaje no es para los judíos, sino para los gentiles: Decid a los pueblos que el Señor triunfó desde un madero.

El gobernador pagano acertó al poner sobre el madero el título de rey; y el judío, aunque lo intentó, no pudo deformar la inscripción, ni impedir a pasión del Señor y nuestra redención. Si es rey de Israel que baje, gritan aquéllos. No, precisamente porque es rey de Israel, no abandona su título real ni olvida su cetro. Lleva al hombro el principado, cantó hace tiempo Isaías. Los judíos insisten a Pilato: no dejes escrito: el rey de los judíos; pon: éste dijo que era rey de los Judíos. Pero Pilato contesta: lo escrito, escrito queda. Si Pilato mantiene su palabra escrita, ¿no va a coronar Cristo lo que comenzó? lo decidió y nos salvará.

Ellos siguen diciendo: ha salvado a otros y él no se puede salvar. Pero si descendiera de la cruz no salvaría a nadie. Si el que quiere salvarse debe perseverar hasta el fin, con mayor motivo quien desea ser el Salvador. Por eso salva a los demás, porque él mismo es la salvación y no necesita salvarse a sí mismo. Está realizando nuestra salvación, y no quiere dejar incompleto el sacrificio vespertino de la víctima propiciatoria. Intuye tus pensamientos. No esperes que te brinde la menor ocasión de arrebatarnos la perseverancia y con ella la corona. No apagará la lengua que predica, ni la que consuela a los débiles, o dice al oído de cada uno: no te retires. Y no se atreverían apedir esto si pudiéramos responderles que Cristo abandonó su puesto.

El corazón del hombre se pervierte desde la juventud. Has fracasado ajustando saetas a la cuerda, y aumentando la ansiedad de los discípulos con los insultos de los judíos. Aquéllos pierden la esperanza, y éstos insultan alevosos, pero a Cristo no le afecta ni lo uno ni lo otro. Ya le llegará el momento de alentar a los suyos y humillar a los enemigos.

Mientras tanto derrocha paciencia, manifiesta humildad, practica la obediencia y llega a la cumbre del amor. Estas son las cuatro piedras preciosas que engalanan los cuatro extremos de la cruz: en o más alto el amor, la obediencia a la derecha, la paciencia a la izquierda, y en el suelo la humildad, fundamento de las virtudes. Mira las riquezas que aportó la pasión del Señor al triunfo de la cruz: humildad frente a las blasfemias de los judíos y paciencia en los tormentos; interiormente le torturaban las lenguas, y por fuera los clavos. Pero su amor era tan inmenso que dio la vida por sus amigos, y en un gesto sublime deobediencia, reclinan o la cabeza, entregó el espíritu, obedeciendo hasta la muerte.

Estas riquezas y esta gloria quería arrebatar a la Iglesia de Cristo el que gritaba: si es rey de Israel que baje de la cruz. Quería suprimir el modelo de obediencia, el estímulo del amor, y hasta el más mínimo ejemplo de paciencia y humildad. Y aquellas tiernas palabras del Evangelio, más dulces que el panal de miel: no hay amor más grande que dar la vida por los amigos. Y aquellas otras que dirige al Padre: he llevado a cabo la obra que me encargaste. O las que confía a los discípulos: aprended de mí que soy manso y humilde de corazón. Cuando me levanten de la tierra atraeré a todos hacia mí.

La envenenada y astuta serpiente no soporta esa otra serpiente de bronce colocada sobre el estandarte, que cura las heridas de quienes la miran. Por eso instiga a la mujer de Pilato diga a su marido: deja en paz a ese inocente, que esta noche he sufrido mucho en sueños por causa suya. Ya tenía miedo entonces. Pero mucho más ahora. El enemigo se siente impotente ante el poderío de la cruz, y quiere volverse atrás cuando ya no hay remedio: a los que antes incitó a crucificar, ahora quiere le convenzan que baje de la cruz. Y dicen: si es rey de Israel, que baje de la cruz y le creeremos.

¿Es posible una astucia más serpentina y un artificio más perverso? El Salvador había dicho: sólo me han enviado para las ovejas descarriadas de Israel, y todos sabían con qué ardor se había entregado a salvar a su pueblo. Por eso ahora el malvado quiere enmascarar las lenguas blasfemas y que digan: que baje y le creeremos. Como queriendo decir: ya no existe ningún impedimento para que baje, porque lo único que desea es que creamos en Él.

Pero ¿qué atenta o contra quién trama asechanzas este astuto? Nada menos que contra aquel a quien no lo engañará el enemigo ni los malvados lo humillarán. Las vanas promesas no afectan al que ve el interior del hombre. Ni le intimidan las ruines blasfemias, al que es la mansedumbre por excelencia. Lo que pretende esta diabólica sugerencia no es que aquéllos lleguen a creer, sino que desaparezca por completo nuestra fe pobre y vacilante. Porque si se nos dice que las obras de Dios son perfectas, ¿cómo íbamos a creer en Dios, al ver que dejaba incompleta nuestra salvación?

Escuchemos, en cambio, qué responde Cristo, usando las palabras del Profeta. Judío, ¿quieres una señal? Pues espérame el día de mi resurrección. Si quieres creer ya tienes pruebas mucho mayores que ésta. He realizado prodigios, he curado a los enfermos ayer y anteayer. Hoy debo morir. ¿No es mucho más asombroso hacer salir de los posesos a los espíritus inmundos, como tú mismo lo has visto, o que los paralíticos corran con sus camillas al hombro, que quitarme estos clavos que tú has puesto en mis pies y manos? Ha llegado el momento de sufrir, no de hacer. Y así como no habéis podido adelantar la hora de la pasión, tampoco podréis impedirla.

Mas si esta gente idólatra y perversa sigue pidiendo señales, no se les dará otra que la del profeta Jonás no del Jonás que desciende, sino del que resurge. Si el judío no a acepta, recíbala lleno de gozo el cristiano. Sí, ha vencido el león de Judá. A la voz del Padre despertó el cachorro. Rasgó las entrañas del sepulcro, el que no quiso bajar de la cruz. Nuestros enemigos Juzgarán si esto es lo más extraordinario: ellos que habían sellado la losa, y asegurado con guardias la vigilancia del sepulcro.

Esa gran losa que tanto preocupaba a las piadosas mujeres, al resucitar el Señor la corrió un ángel y se sentó encima. De este modo el cuerpo salió lleno de vida de un sepulcro bien cerrado, como había nacido del seno intacto de una Virgen, y se presentó donde estaban reunidos los discípulos con las puertas atrancadas. En cambio, hay un lugar de donde no quiso salir con las puertas cerradas: la cárcel del infierno. Rompió los cerrojos de hierro y arrancó las aldabas, para sacar tranquilamente a los suyos, a los que había rescatado del enemigo. Y con las puertas de par en par salieron los radiantes escuadrones que lavaron y blanquearon sus vestiduras con la sangre del Cordero. Sí, las blanquearon con la sangre, porque juntamente con ella, como atestigua el que lo vio, también brotó agua que emblanquece. También podemos decir que las blanquearon en la sangre, en esa sangre y leche a la vez del Cordero blanco y sonrosado del Cantar: Mi amado es blanco y sonrosado, descuella entre diez mil. Por eso el testigo de la resurrección tiene aspecto de relámpago y viste todo de blanco.

Para rechazar las falacias de los judíos le bastó salir de una tumba cerrada. Ese mismo a quien poco antes insultaban: si es rey de Israel, que baje de cruz. Habían puesto más empeño en sellar y asegurar el sepulcro, que en sujetar los clavos. Si el león de judá ha vencido en todos estos acontecimientos, y ha hecho mucho más de lo que le pedían, ¿a qué podremos comparar el milagro de la resurrección?

Se nos dice que antes habían ocurrido otras resurrecciones, o retornos a la vida. Eran preludio de ésta, la cual las aventaja por doble motivo. Aquéllos resucitaban pero volverían a morir. Cristo, en cambio, resucitado de la muerte no muere ya más, la muerte no tiene dominio sobre él. Aquéllos al volver a morir necesitaban resucitar de nuevo. En el caso de Cristo su morir fue un morir al pecado de una vez para siempre; y su vivir es un vivir para Dios, eternamente. Con razón decimos que Cristo es la primicia de los resucitados: resucitó de tal modo que no vuelve a morir es inmortal.

Existe otro motivo que hace especialmente gloriosa su resurrección. ¿Hubo jamás alguien que se resucitara a sí mismo? Es inefable que un muerto se despierte a sí mismo. Es algo único, y nadie más lo puede hacer. El profeta Eliseo resucitó a un difunto, pero era otra persona distinta de él mismo. Y hace ya muchos siglos que yace en elsepulcro, esperando que le resucite otro, porque él no puede hacerlo por sí mismo.

Ese otro es el que triunfó de la muerte en sí mismo. Por eso decimosque algunos han sido resucitados, y que Cristo ha resucitado: es el único que salió triunfante del sepulcro por su propio poder. Así, a vencido el león de Judá. ¿Cuál no será su poder, o qué no podrá hacer ahora el que está vivo y dice a su Padre: he resucitado y estoy contigo, si fue tan poderoso cuando lo tenían como un muerto más, aunque un muerto muy libre?

No quiso demorar más de tres días la resurrección para confirmar el oráculo del Profeta: en dos días nos hará revivir, y al tercer día nos resucitará. Conviene además que donde está la cabeza le acompañen los miembros. Era el día sexto de la semana cuando redimió al hombre muriendo en la cruz, el mismo día sexto en que lo había creado. Al día siguiente descansó en el sepulcro, con toda su obra terminada. Y al tercero, que ahora es el primero, apareció el hombre nuevo, vencedor de la muerte y primicia de los que duermen.

Nosotros, pues, que seguimos a nuestra cabeza, vivamos entregados a la penitencia en ese día en que fuimos creados y redimidos. Carguemos con la cruz y perseveremos en ella como él perseveró, hasta que el Espíritu nos mande descansar de nuestros trabajos. No prestemos oído a nadie que nos invite a bajar de la cruz, aunque sea de nuestra propia carne y sangre, o un espíritu. Perseveremos en la cruz y muramos en ella. Que nos descuelguen las manos de otros, no nuestra inconstancia. A nuestra cabeza lo descolgaron unos santos varones. Que envíe él ahora a sus ángeles y nos bajen a nosotros.

Mientras tanto vivamos con valentía el día de la cruz, descansemos en paz otro día en el sepulcro, aguardando dicha que esperamos, la venida de nuestro Dios, que nos resucitará a los tres días, transformando nuestro ser con su resplandor. Porque los difuntos de cuatro días, como Lázaro, huelen mal; recordemos la Escritura: Señor, ya huele mal, lleva cuatro días.

Los hijos de Adán han añadido un cuarto día, que no procede del Señor. Por eso se corrompen cometiendo execraciones, y se revuelcan en sus heces como los animales. El plan divino es de tres días: dolor, descanso y gloria. Los humanos aceptan esto, pero anteponen su día; y de ese modo retrasan la penitencia para entregarse al placer. Ese día no lo ha hecho el Señor. Tienen ya cuatro días y huelen mal.

El Santo que nació de María no hizo tal cosa: resucitó al tercer día y no conoció la corrupción. Por eso ha vencido el león de Judá. Murió como un cordero y venció como un león. Ruge el león, ¿quién no temerá? El león, el más valiente de los animales, el que no retrocede ante nadie. El león de judá. Tiemblen quienes lo rechazaron diciendo: no tenemos más rey que al César. Teman quienes decían: no queremos a éste por rey. Ha vuelto con el título real y hará morir de mala muerte a estos malvados.

Y sabemos que ha vuelto con el titulo real porque nos dice: se me ha dado plena autoridad en el cielo y en la tierra. Y su Padre añade en el salmo: pídemelo, te daré en herencia las naciones; en posesión los confines de la tierra; los gobernarás con cetro de hierro, los quebrarás como jarro de loza. El león es fuerte, no cruel; su indignación es terrible. La ira de la paloma es insoportable. Pero este León rugirá enfavor de los suyos, no en contra de ellos. Teman los extraños y salte de gozo Judá.

Regocíjense quienes le alaban y proclamen: Dios mío, ¿quién como tú? Tú eres el león de Judá y la raíz de David. David significa envidiable o de mano fuerte. El mismo dice: no se te ocultan mis deseos. Y en otro lugar: por ti conservo mi fuerza. Ha dicho Raíz de David. No es David raíz de él, sino él la raíz de David. Porque él es quien lo sostiene y no al revés. Tienes razón, David, en llamar señor tuyo a tu hijo, porque no eres tú quien sostiene a la raíz, sino que es la raíz la que te sostiene a ti. El es la raíz de tu fuerza y de tu deseo, una raíz envidiable y vigorosa. Ha vencido el león de Judá, la raíz de David él abrirá el rollo y sus siete sellos. Son palabras del Apocalipsis. Apréndanlo quienes lo ignoran, y recuérdenlo quienes lo sabían.

Escuchemos nuevamente a Juan: En la diestra del que está sentado en el trono vi un rollo sellado con siete sellos, y nadie podía abrirlo ni examinarlo. Y continúa: lloraba yo mucho porque no había nadie que fuera capaz de abrir el rollo. Entonces uno de los ancianos me dijo: no llores, ha vencido el león de la tribu de Judá, etc. Entonces vi entre el trono un cordero: estaba de pie, aunque parecía degollado. Se acercóy recibió el rollo de la diestra del que está sentado en el trono; lo abrió y hubo gozo y alegría, con acción de gracias.

Juan oyó al león, y vio el cordero. Y los ancianos aclaman: El Cordero que está degollado merece todo poderío. Sin perder la mansedumbre recibe la fortaleza: sigue siendo cordero y se convierteen león. Y me atrevo incluso a decir que él mismo es el libro que nadie podía abrir. ¿Hay alguien capaz de abrir este libro? El mismo Juan Bautista, el más grande nacido de mujer, se considera indigno. No merezco ni desatarle la correa de las sandalias. Efectivamente: la majestad vino a nosotros con unas sandalias, la divinidad se hizo carne. Teníamos la Sabiduría de Dios, pero en un rollo cerrado y sellado. Allí lo atan las correas de las sandalias, aquí lo ocultan los sellos del rollo.

¿Y cuáles son esos siete sellos? ¿No podíamos pensar en las tres facultades del alma: inteligencia, memoria y voluntad, y en los cuatro elementos del cuerpo? De este modo el Salvador participa realmentede nuestra naturaleza humana. ¿O tal vez el libro es su naturaleza humana, y debemos buscar los siete sellos?

Yo pienso en siete cosas que ocultaban por completo la presencia de la divinidad en su carne, y hacían imposible abrir el rollo y conocer la sabiduría allí encerrada. Y se me ocurre que son éstas: el matrimonio de la Madre, por el cual queda oculto el parto virginal y la concepción inmaculada, hasta el punto de que el creador del hombre pasara como hijo de un carpintero. La debilidad natural, que ora y suspira, mama y duerme, y acepta todas las demás necesidades, para encubrir de ese modo la fuerza de la divinidad. El hecho de someterse al rito de la circuncisión, como remedio del pecado y medicina contra la enfermedad; siendo así que él venía a suprimir toda dolencia y pecado. Huye también a Egipto por temor a Herodes, para que no fuera reconocido como Hijo de Dios y rey del cielo.

¿Y qué nos dicen las tentaciones en el desierto, en el alero y en el monte? Si eres Hijo de Dios, le dice, di que las piedras se conviertanen panes. O: tírate abajo. Pero Cristo no hace nada de eso, porque quiere dejar bien sellado el sello, y engañar al astuto. Y tanto se engañó que lo toma por un simple hombre bueno; de aquí que, lleva su soberbia, ya no le dijo si eres Hijo de Dios, sino te daré todo esto si te postras y me rindes homenaje. El sexto sello es la cruz, donde el rey de la majestad estuvo colgado entre dos malhechores y lo tuvieron por un criminal.

El sepulcro también selló este rollo, y ningún otro sello ató. Y ocultó tanto este asombroso misterio de amor. Con el Señor en el sepulcro únicamente había lugar para desesperarse. Por eso los discípulos decían: nosotros esperábamos. ¿Quién no iba a llorar entonces al ver el rollo tan fuertemente cerrado y nadie capaz de abrirlo?

Pero no llores, Juan; ni tú, María. Olvidad el llanto y la tristeza. Alegraos justos con el Señor; aclamadlo, los hombres sinceros. Lo merece el Cordero degollado, el León resucitado. El es el Libro que se abrirá a sí mismo. Y lo hará resucitándose a sí mismo de los muertos, resucitando por su propio poder, y siendo testigos de ello, a los tres días, sus propios enemigos. Una resurrección tan sublime y gloriosa manifiesta con evidencia que los sellos y velos eran voluntarios, no necesarios; que no procedían de su naturaleza, sino de su benevolencia.

¿Por qué sellabas, ¡oh judío!, hace unos días el sepulcro? Porque aquel seductor, estando en vida, anunció: a los tres días resucitaré. Cierto, era un seductor, pero bueno, no malvado. Lo dice el Profeta por vosotros: me sedujiste, Señor, y me dejé seducir; me forzaste, me violaste. Judíos: os sedujo en la pasión; y en la resurrección os forzó y os derrotó el león victorioso de Judá. Si lo hubieran descubierto no habrían crucificado al Señor glorioso. ¿Qué piensas hacer ahora? Lo anunció, y ha resucitado.

Examina atentamente los sellos del sepulcro: está de par en par. Tienes ante tus ojos el signo de Jonás, que él mismo te dio. Jonás salió del vientre del monstruo. Cristo surge de las entrañas de la tierra.Y convence mucho más que Jonás, porque se arrancó él mismo de las garras de la muerte. Los habitantes de Nínive se alzarán para carearse contra vosotros, y os condenarán: porque ellos escucharon al profeta, y vosotros habéis rechazado al Señor de los profetas.

¿No decíais: que baje de la cruz y creeremos en él? Intentabais romper el sello de la cruz y prometíais creer en él. Ya lo tenéis abierto, no roto: entrad. Si no creéis en el que ha resucitado, menos aún si hubiera bajado de la cruz. Si la cruz de Cristo os escandaliza -porque el mensaje de la cruz es un escándalo para los judíos- animaos al menos con el prodigio de la resurrección. Para nosotros la cruz es un orgullo. Para los que hemos recibido la salvación es un portento de Dios, y la plenitud de todas las virtudes. Compartid, al menos, la resurrección.

Pero resulta que aquí reside vuestro mayor escándalo, y lo que para nosotros es un olor que da vida y sólo vida, para vosotros es un olor que da muerte y sólo muerte. Inútil continuar. El hermano mayor no soporta la música y el baile, y se indigna por el ternero cebado matado en nuestro honor. Está a la puerta y se niega a entrar. Entremos nosotros, hermanos, y celebremos la fiesta, con los panes sin levadura, que son el candor y la autenticidad, porque Cristo, nuestro Cordero pascual, ya fue inmolado. Y practiquemos las virtudes que nos predica desde la cruz: la humildad y paciencia, la obediencia y el amor.

Consideremos, además, con atención, el mensaje de esta solemne festividad. Resurrección significa paso, transición. Cristo hoy no vuelve, sino que resucita; no retorna, sino que cambia de vida; ya no habita aquí, sino en otra patria. La misma Pascua que celebramos no significa retorno, sino paso. Y el nombre de Galilea, donde veremos al resucitado, quiere decir cambiar de país, y no permanecer en el mismo.


Ya veo que algunos se adelantan a mi discurso, e intuyen mis intenciones. Lo diré en dos palabras, pues no quiero hacerme pesado y quitaros la devoción que os inspira esta solemnidad. Si después de morir en la cruz, Cristo no hubiera resucitado y siguiera sometido nuevamente a nuestra existencia mortal y a las miserias de este mundo, para mí no habría cambiado de vida, sino retornado; no habría pasado a otra más perfecta, sino a la misma de antes. Pero si pasó realmente a una vida nueva nos invita también a nosotros a cambiar, nos espera en Galilea. Su morir fue un morir al pecado de una vez para siempre, porque su vivir no es un vivir para la carne, sino para Dios.

¿Qué diremos a todo esto nosotros, que vaciamos del sentido de Pascua la sagrada Resurrección del Señor, porque no hacemos de ella un paso, sino un retorno? Estos días hemos llorado, y nos hemos entregado a la oración y a la compunción, a la sobriedad y abstinencia, para quedar libres y absueltos en este santo tiempo de cuaresma de las negligencias de todo el año. Hemos compartido los sufrimientos de Cristo, y nos hemos vinculado de nuevo a él por el bautismo de las lágrimas, de la penitencia y de la confesión.

Si hemos muerto al pecado, ¿cómo vamos a vivir todavía sujetos a él? Si hemos sentido dolor de nuestros defectos, ¿vamos a reincidir enellos? ¿Seremos tan curiosos como antes? ¿Tan charlatanes, perezosos y negligentes? ¿Tan vanidosos, sospechosos, detractores e iracundos? ¿Tornaremos a los mismos vicios que tan sinceramente hemos llorado estos días? Ya me quité la túnica, ¿cómo voy a ponérmela de nuevo? Ya me lavé los pies, ¿cómo voy a mancharlos otra vez? Hermanos, eso no es cambiar de viva. Así no veremos a Cristo, ni es ése el camino que nos lleva a la salvación de Dios. Porque como sabemos todos, quien sigue mirando atrás no vale para el Reino de Dios.

Los amantes del mundo y enemigos de la cruz de Cristo llevan en balde el nombre de cristianos: suspiran toda la cuaresma por el día de Pascua, para entregarse desenfrenados al placer. De este modo una triste realidad anula el gozo pascual. Nos duele la injuria que se hacea esta solemnidad, porque se hace precisamente en ella. ¡Qué pena! La resurrección del Salvador se ha convertido en el tiempo propicio de pecar, en la cita para volver a caer. Vuelven las comilonas y borracheras, la obscenidad y el libertinaje; y se da vía libre a la concupiscencia. Como si Cristo hubiera resucitado para esto, y no para rehabilitarnos.


¿Así honráis, miserables, al Cristo que aceptasteis? Antes de llegar le preparasteis hospedaje, confesando con lágrimas los pecados, mortificando el cuerpo y dando limosnas. Y ahora que ya lo tenéis convosotros entregáis a los enemigos, y le obligáis a que se marche, porque tornáis a vuestros antiguos desenfrenos. ¿Pueden mezclarsela luz y las tinieblas? ¿Tiene algo que ver Cristo con la soberbia, la avaricia, la ambición, el odio entre hermanos, la lujuria o la fornicación? ¿Merece menos el que está presente que quien va a venir? ¿Pide menos santidad vivir el espíritu de Pascua que el de Pasión? A vosotros os importa lo mismo una cosa que otra. Porque si hubierais compartido sus sufrimientos, compartiríais ahora su gloria; y si hubierais muerto con él, estaríais también resucitados.

Esta lamentable situación que impide la renovación espiritual, se debe a las costumbres seculares a la desidia. Como dice el Apóstol,ésta es la razón de que haya entre vosotros muchos enfermos y achacosos y de que hayan muerto tantos. Esta es la causa de tantas muertes como suceden por todas partes en nuestros días. Ya veis, transgresores, cómo os domina la ansiedad, no por ser transgresores, sino por aferraros a vuestro pecado y amontonar delitos. No osarrepentís, o lo hacéis con indolencia; ni evitáis los peligros de pecar, a pesar de que los conocéis por experiencia.

Como dice la Escritura: el enemigo os ha agarrotado los nervios secretos de los testículos. Mientras os comportéis así con los misterios de Cristo, no sois de Cristo, ni tendréis vida. Escuchad: si no coméis la carne y no bebéis la sangre del Hijo del hombre, no tendréis vida en vosotros. Si lo recibís indignamente, os tratáis vuestra condenación, porque no discernís el don sagrado el Señor. Rebeldes, entra dentro de vosotros, y buscad al Señor con todo vuestro ser. Odiad el mal y arrepentíos, no sólo de palabra y con la lengua, sino con espíritu y verdad.

Pero a estos hombres no les pesa haber caído: siguen en el resbaladero; ni creen estar equivocados: no se dejan guiar por nadie. Ojalá dieran muestras de auténtica compunción, huyendo de las ocasiones y alejándose del peligro. En caso contrario temed la condena de ese día, que está establecido para que muchos caigan ose levanten. Si vivís totalmente ajenos a Cristo y desligados de él, si sois camaradas de Judas, en quien entró Satanás al comer el trozo de pan, estad ciertos que os condenará.

Pero nosotros no somos quién para juzgar a los de fuera. Lo hacemos únicamente porque también nosotros estuvimos en aquel fango, del cual fuimos arrancados por pura misericordia, y nos duele ver a estos hermanos nuestros todavía sumergidos en él. Dios quiera que nosotros estemos ya totalmente santificados y libres de esa miserable y sacrílega costumbre. Y que nuestra vida espiritual no decaiga ni se debilite al llegar el tiempo de la resurrección, sino que nos esforcemos en mejorar y superarnos. El que después de los rigores de la penitencia no vuelve a los consuelos humanos, sino que vive confiado en la misericordia divina y respira el fervor y gozo del Espíritu Santo; el que ya no se angustia con el recuerdo de los pecados pasados, sino que se deleita y se inflama con el recuerdo y deseo de los premios eternos, ése es el que resucita con Cristo, el que celebra la Pascua, el que corre a Galilea.


Vosotros, hermanos, si habéis resucitado con Cristo, buscad lo de arriba, donde Cristo está sentado a la derecha de Dios; estad centrados arriba, no en la tierra, para que así como Cristo fuere resucitado de la muerte por el poder del Padre, así también vosotros empecéis una vida nueva. Cambiad las alegrías y consuelos humanos por la compunción y tristeza que Dios quiere, para gozar de la devoción santa y espiritual. Nos la concederá aquel que pasó de este mundo al Padre, y nos llama a Galilea para manifestarse a nosotros.

El es Dios por los siglos.



Que la Virgen los acompañe siempre