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lunes, 16 de abril de 2012

“Roma y Ecône, a punto de sellar el acuerdo” ?¿?¿


Urgente: Le Figaro – “Roma y Ecône, a punto de sellar el acuerdo” (actualizado II)
Del diario francés Le Figaro en un artículo firmado por su corresponsal principal en religión, Jean-Marie Guénois. Al momento de esta publicación, Rorate Caeli y Saint Louis Catholic se están haciendo eco de lo publicado por el diario francés. En cuanto al periodista Guénois, en este tema específico tuvo publicaciones acertadas en el pasado, por ej. véase aquí, aquí y aquí.


Roma y Ecône a punto de sellar el acuerdo (texto completo)

por Jean-Marie Guénois

La firma de un documento que establece las relaciones entre la Santa Sede y los discípulos del arzobispo Lefebvre es una cuestión de días.

Oficialmente, el Vaticano espera la respuesta del obispo Bernard Fellay, jefe de los lefebvrianos. Tan pronto como se reciba en Roma - "es una cuestión de días, y ya no de semanas"-, será examinado de inmediato. Si se ajusta a las expectativas, la Santa Sede, muy pronto anunciará un acuerdo histórico con este grupo de fieles, conocidos con el nombre de "integristas".

Sin embargo, extraoficialmente, y con la mayor discreción, desde ambos lados los emisarios han trabajado para "llegar a un acuerdo". En las últimas semanas, han concluido los ajustes finales entre Roma y Ecône en orden a responder mejor a la demanda de "aclaraciones" solicitada por el Vaticano el pasado 16 de marzo.

Una negociación muy delicada

Es así que la respuesta final de Mons. Fellay, muy bien meditada y bien preparada, debe establecer - esta vez, definitivamente - una negociación muy delicada, que fue relanzada por el Papa Benedicto XVI tras su elección, en 2005.

La comisión "Ecclesia Dei", que se encuentra dentro de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el ministerio más importante en el Vaticano, está a cargo de este expediente. Pero también es, en este punto, es seguido personalmente por Benedicto XVI. Y quiere un acuerdo.

Lo que permite considerar, por parte de personas bien informadas, que un resultado positivo realmente tendrá lugar. Incluso a costa de la permanencia e insistencia en los profundos desacuerdos respecto al Concilio Vaticano II. Desacuerdos completamente aceptados, además, por el Papa.

Él ha puesto su pontificado en la línea de reinterpretación del Concilio Vaticano II. Siguiendo dos directrices: salirse del espíritu de "ruptura" del 68 y evitar la oposición entre la más alta tradición de la Iglesia y la modernidad.

Cincuenta años de oposición

El lunes, Benedicto XVI llegará a 85 años de edad. Está cansado. Su entorno no lo oculta. Ha tenido que descansar esta semana en Castel Gandolfo, después de sus agotadores viajes a México y Cuba, luego de las largas celebraciones de Semana Santa. Su Santidad debería estar de vuelta en el Vaticano el viernes por la noche. Con una prioridad de su entera responsabilidad: la decisión sobre el caso lefebvrista. Será uno de los de mayor peso en el Pontificado.

Durante cincuenta años, los Lefebrvistas se han mantenido opuestos a la Santa Sede en relación con el Concilio Vaticano II. Y en la ruptura formal jurídica desde junio de 1988, cuando Mons. Marcel Lefebvre ordenó a cuatro obispos a pesar de interdicto del Papa.

Joseph Ratzinger se colocó en su momento por Juan Pablo II, al frente de las negociaciones con el obispo rebelde. Él nunca ha aceptado el fracaso. Tampoco, una vez convertido en el Papa, la posibilidad de un cisma permanente en la Iglesia.
Benedicto XVI impulsa a la Iglesia a reconciliarse con ella.

Uno tras otro, Benedicto XVI ha demolido, con toda su autoridad papal, los obstáculos que impedían una plena reconciliación con los discípulos de Mons. Marcel Lefebvre.

Y, si el acuerdo final se anuncia en los próximos días, la parte esencial de la obra ya fue puesta en marcha por este Papa:

- El restablecimiento en 2007 - como un "extraordinario" rito de la Iglesia Católica - de la misa celebrada en latín, es decir, según el Misal de Juan XXIII en vigor antes del Concilio.

- La eliminación, en 2009, de las excomuniones impuestas sobre los cuatro obispos ordenados por Mons. Lefebvre.

- La puesta en marcha de las discusiones doctrinales entre la Santa Sede y la Fraternidad de San Pío X, en ese mismo año, en relación con el Concilio Vaticano II.

El aparente fracaso de este último, hace un año, había dado la impresión de un completo fracaso de la negociación.

El desacuerdo doctrinal entre los lefebvristas y Roma en relación con el Concilio Vaticano II fue efectivamente abisal. Pero se había olvidado que el objeto de esas conversaciones no fue el de llegar a un acuerdo, pero el establecer una lista de divergencias con sus respectivas razones.

Se sabe fuertemente y, por tanto, sin ninguna ambigüedad, que Roma tiene la intención de sellar esta unidad encontrada de nuevo con Ecône, bastión de los lefebvrianos en Suiza.

Esto probablemente se llevará a cabo con la creación de un estatuto especial - una "prelatura personal" - ya experimentado por el Opus Dei. Esta estructura garantiza una verdadera autonomía de acción en el momento mismo que la fe católica es compartida. Sus superiores responden directamente al Papa, y no a los obispos.

Sin embargo, la verdadera "revolución" que Benedicto XVI tiene intención de dejar a la vista de la historia de la Iglesia Católica está en otra parte. No está relacionado a los aspectos periféricos de la Iglesia Católica. Estos ya han enfurecido a los grupos que se oponen a esta reconciliación. Los llamados "progresistas" de la Iglesia conciliar, que ven las "ganancias" del Concilio Vaticano II puestas en duda. Los "ultras" en las filas lefebvristas, que ven en esto una traición y un compromiso con el modernismo de Roma.

Esta revolución apunta a una visión ampliada de la Iglesia Católica. Benedicto XVI, el teólogo, nunca ha aceptado que en 1962 la bimilenaria Iglesia Católica se habría distanciado de la cultura y de la fuerza de su pasado. Más que a una reconciliación con los lefebvristas, lo que él pretende, con este gesto, es una reconciliación de la Iglesia Católica con ella misma.

4 comentarios:

  1. Dios quiera se llegue a un acuerdo, siempre que no se exija a la FSSPX un sometimiento a la "modernidad", el "ecumenismo", y el indiferentismo que prevalece tras el CVII.

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  2. Este Papa ha sido una bendición para la cristiandad, el siguiente paso después de que Fraternidad de San PíoX llegue al acuerdo con Roma, sería trabajar desde dentro para volver a la Santa Tradición. Dios quiera que el Santo Padre nombre Cardenales a los cuatro obispos, para que alguno de ellos salga elegido Papa. Recemos también por el recién nombrado Cardenal Bruke que es otro gran candidato al Papado.
    El paso más importante es la beatificación y canonización de Monseñor Lefebvre.Alberto de Alejandro.

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  3. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

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  4. Se ha eliminado por estar repetido, saludos.

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