LEGIONARISMO ASCETICO
por Julius Evola
En 1938 dos figuras fundamentales del nacionalismo contemporaneo, el escritor italiano Julius Evola y el lider rumano Corneliu Zelea Codreanu, se entrevistaron por primera y única vez. Codreanu era uno de los lideres indiscutidos de la juventud de su país y ya estaba marcado para la muerte. Evola era todavía un joven escritor que no había comenzado la parte más importante de su obra.
Rapidamente nuestro auto deja tras de sí esa cosa curiosa que es el centro de Bucarest: un conjunto de pequeños rascacielos con fachadas y negocios de un estilo entre el parisino y el americano, sin más elemento exótico que los frecuentes sombreros de astrakan de los policías y los burgueses. Alcanzamos la estación del Norte, tomamos una polvorienta ruta provincial, bordeada de pequeños edificios del tipo de los antigua Viena, que nos lleva a un edificio casi aislado entre los campos: es la Casa Verde, residencia del Jefe de los Guardias de Hierro rumanos. La hemos construido con nuestras propias manos, nos dicen con un cierto orgullo los legionarios que nos acompañan. Intelectuales y artesanos se han asociado para construir la residencia de su jefe, casi con el sentido de un simbolo y un rito. El estilo de la construcción es rumano: a ambos lados se prolonga con una especie de portico, hasta el punto de dar la impresión de un claustro. Entramos, subimos al primer piso. Viene a nuestro encuentro un hombre joven, alto y atrevido, vestido deportivamente, con un rostro abierto que da inmediatamente una impresión de nobleza, fuerza y lealtad. Es Corneliu Codreanu, jefe de la Guardia de Hierro. Su tipo es especificamente ario-romano: parece una reaparición del antiguo mundo ario-itálico. Mientrás sus ojos gris azulados exprimen la dureza y la fria voluntad propias de los Jefes, hay, simultaneamente, en el conjunto de la expresión, una nota particular de idealismo, de interioridad, de fuerza, de comprensión humana. Incluso su forma de conversar es caracteristica: antes de responder, parece absorverse en si mismo, alejarse, después, subitamente, comienza a hablar, exprimiendose con una precisión casí geometrica, de frases bien articuladas y orgánicas. "Después de toda una falange de periodistas, de todas las naciones y colores, que no saben interrogarme sobre nada más que lo ligado a la política más contingente, es la primera vez, y lo noto con satisfacción" dice Codreanu "que viene a mi casa alguien que se interesa, ante todo, por el alma, el nucleo espiritual de mi movimiento. He encontrado una formula para contentar a esos periodistas y decirles un poco más que nada: nacionalismo contructivo" "El hombre se compone de un organismo, es decir de una forma organizada, después de fuerzas itales, después del alma. Podemos decir lo mismo de un pueblo. Y la construcción nacional de un Estado, aunque retome naturalmente esos tres elementos, puede ser afectada, sin embargo, y por razones de cualificación diversa y de una herencia diferente, por los cambios de esos elementos" "Creo que en el movimiento fascista predomina el elemento Estatal, que corresponde a el de la forma oganizada. Aquí habla la potencia formadora de la Roma antigua, amante del derecho y de la organización política, de la que el italiano es el más puro heredero. En el nacional socialismo es por el contrario puesto en relieve lo que está en contacto con las fuerzas vitales: la raza, el intinto racial, el elemento etnico-social. En el movimiento legionario rumano, el acento está puesto sobre todo sobre lo que, en un organismo, se corresponde al alma: sobre el aspecto espiritual y religioso" "De ahí viene el caracter de los diferentes movimientos nacionales, mientrás que al final comprendan los tres elementos y no dejen a un lado ninguno. El caracter especifico de nuestro movimiento nos viene de una larga herencia. Y Herodoto llamaba a nuestros padres Los Dacios Inmortales. Nuestros antepasados Géto-tracios tenían fe, antes incluso que el cristianismo, en la inmortalidad y la indestructibilidad del alma, lo que prueba su orientación hacia la espiritualidad. La colonización romana añadio a ese elemento del espíritu romano de la organización y la forma. Todos los siglos siguientes han desagregado a nuestro pueblo y lo han hecho miserable: pero como un caballo enfermo y frustrado se puede reconocer también en el pueblo rumano de ayer y de hoy los elementos latentes de esa doble herencia" "Y es esa herencia la que el movimiento legionario quiere despertar" Continua Codreanu. Partiendo del espíritu, quiere crear un hombre espritualmente nuevo. "Una vez realizada esa tarea como movimiento, el despertar de la segunda herencia nos espera, es decir el de la fuerza romana política formadora. Así, el espíritu y la religión son para nosotros el punto de partida, el nacionalismo constructivo es el punto de llegada, una simple consecuencia. La ética simultaneamente ascética y heroica de la Guardia de Hierro consiste en reunir uno y otro punto"
Le preguntamos a Codreanu cual es la relación entre la espiritualidad de su movimiento con la religión cristiana ortodoxa. He aquí su respuesta."En general tendemos a vivificar bajo la forma de una consciencia nacional y de una experiencia vivida lo que, en esta religión, demasiado a menudo, se ha momificado y transformado en el tradicionalismo de un clero soñoliento. Además, nos encontramos en condiciones favorables por el hecho de que es extraño a nuestra religión, articulada nacionalmente, el dualismo entre fe y política y que esta puede darnos los elementos éticos y espirituales sin imponerse sin embargo como una entidad política. De nuestra religión, el movimiento de los Guardias de Hierro retoma una idea fundamental: el de la ecumenidicad. Esto es la superación positiva de todo internacionalismo y de todo universalismo abstracto y racionalista. La idea ecumenica es la de una societas como unidad de vida, como un organismo vivo, como un vivir juntos no sólo con nuestro pueblo, sino también con nuestros muertos y con Dios. La actualización de una idea parecida bajo la forma de una experiencia afectiva está en el centro de nuestro movimiento político, partido, cultura, etc, y no son para nosotros sino consecuencias y derivaciones. Debemos revivificar esta realidad central, y renovar a traves de esa vida al hombre rumano, para actuar inmediatamente y contruir también la nación y el Estado. Para nosotros, un punto particular es que la presencia de los muertos de la nación no es abstracta, sino real: de nuestros muertos y sobre todos de nuestros héroes. No podemos separarnos de ellos; como de las fuerzas liberadas de la condición humana, penetran y sostienen nuestra vida más elevada. Los legionarios se reunen periodicamente en pequeños grupos, llamados nidos. Esas reuniones siguen ritos especiales. El que abre cada reunión es la llamada a todos nuestros camaradas caidos, al que los participantes responden con un ¡Presente!. Pero esto no es para nosotros una simple ceremonia y una alegoría, sino por el contrario una evocación real"
Distinguimos el individuo, la nación y la espiritualidad trascendente, continua Codreanu, "y en la vocación heroica nos consideramos lo que lleva de unos a otro de esos elementos, hasta una unidad superior. Negamos bajo todas sus formas el principio de la utilidad bruta y materialista: no sólo sobre el plano del individuo, sino también en el plano nacional. Más allá de la Nacion, reconocemos principios eternos e inmutables, en nombre de los cuales debemos estar prestos para combatir para morir y a los que debemos subordinar todo, al menos con la misma decisión con que tomamos nuestro derecho a vivir y defender nuestra vida. La verdad y el honor son, por ejemplo, principios metafisicos, que podemos por encima de nuestra misma nación.
Hemos aprendido que el caracter ascético del movimiento de los Guardias de Hierro no es generico, sino también concreto y por decirlo así practicado. Por ejemplo, está en vigor la regla del ayuno: tres días cada semana cerca de 800 - 1000 hombres aproximadamente practican el denominado ayuno negro. Es decir la abstinencia de todo tipo de alimento, bebida y tabaco. De la misma manera, el rezo tiene una parte importante en el movimiento. Además, para el cuerpo de asalto especial que lleva el nombre de los dos jefes legionarios caidos en España, Motza y Marin (1), está en vigor la regla del celibato. Le pedimos a Codreanu que nos indique el sentido preciso de todo eso. Parece concentrarse un momento, después responde:"Hay dos aspectos, para la clarificación de los que hace falta tener presente al espiritu del dualismo del ser humano, compuesto del elemento material naturalista y de un elemento espiritual. Cuando el primero domina al segundo, es el infierno. Todo el equilibrio entre los dos es algo precario y contingente. Sólo la dominación absoluta del espíritu sobre el cuerpo es la condición normal y la premisa de toda autentica fuerza, de todo heroismo verdadero. El ayuno es practicado por nosotros porque favorece esa condición, debilita las ataduras corporales, anima a la autoliberación y la autoafirmación de la voluntad pura. Y cuando a eso se añade el rezo, pedimos que las fuerzas de lo alto se unan a las nuestras y nos apoyen invisiblemente. Lo que nos conduce al segundo aspecto: es una superstición pensar que en cada combate sólo las fuerzas materiales y simplemente humanas son decisivas; entran en juego por el contrario las fuerzas invisibles, espirituales, al menos tan eficaces como las primeras. Somos conscientes de la positividad y la importancia de esas fuerzas. Es por eso que damos al movimiento legionario un caracter ascéico preciso. En las antiguas ordenes caballerescas también estaba de vigor el principio de la castidad. Tengo que decir que entre nosotros se restringe al Cuerpo de Asalto, en base de una justificación práctica, es decir que para el que debe consagrarse enteramente a la lucha y no debe de tener la muerte, es bueno no tener impedimentos familiares. Por lo demás, se permanece en ése cuerpo sólo hasta cumplir los treinta años. Pero, en todo caso, permanece siempre una cuestión de principio: están de un lado los que no conocen sino la vida y que en consecuencia no buscan sino la prosperidad, la riqueza, el bien estar, la opulencia; en el otro lado estan los que aspiran a algo más de la vida, a la gloria y a la victoria en una lucha tanto interior como exterior. Los Guardias de Hierro pertenecen a esta segunda categoria. Y su ascetismo guerrero se completa por una última norma: por el voto de pobreza al que se atiene la élite de los jefes del movimiento, por los preceptos de renunciación al lujo, a las diversiones de mal gusto, a los pasatiempos llamados mundanos, en suma por la invitación a un verdadero cambio de vida que hacemos a cada legionario.
(1) El autor se refiere a Ion Motza y Vasile Marin, dos lideres legionarios muertos en combate durante la guerra civil española cerca de Majadahonda.
UNOS APUNTES PARA LA HISTORIA
El 24 de junio de 1927, Corneliu Zelea Codreanu, junto a un pequeño grupo de camaradas ya probados por el combate, fundaron la Legión del Arcangel San Gabriel. En todas sus escritos, Codreanu, conocido por todos los rumanos como El Capitán se referió a la Legión con ese nombre aunque la prensa pronto le aplicaría el nombre de Guardia de Hierro. "Aquellos cuya fe en Dios y la Legión carecen de limites deben entrar a sus filas. Aquellos que tienen alguna duda deben permanecer fuera de las mismas"
En un mundo materialista Codreanu basó su movimiento en los siguientes principios.
FE EN DIOS
Corneliu Codreanu tenía la firme convicción de que la política no debía ser separada de la religión. Sólo hombres que respetan el Orden Divino pueden llegar a ser verdaderos patriotas.
IDENTIDAD NACIONAL
Corneliu Codreanu creía que las naciones son creaciones divinas y no meros productos de la historia y la geografía. También creía que cada nación tiene una misión que cumplir en el mundo. Sólo naciones que traicionan su misión divina desaparecen de la cara de la tierra.
EL HOMBRE. UNA CREACION DIVINA
El hombre es el portador de valores superiores que transcienden su existencia particular. Así, siendo una creación divina, sus valores preceden todas las necesidades materiales. Para la realización de esos valores, el individuo debe sacrificarse y combatir a lo largo de su vida.
Entre estos principios existe un orden jerarquico. El individuo debe coordinarse con su nación, y, a su vez, la Nación debe subordinarse a Dios y Sus divinas leyes.
La Legión del Arcangel San Gabriel representan un movimiento nacionalista cuyo fin era cambiar al individuo y crear un nuevo estado de mente para la nación. El Movimiento no era un partido político. Sin embargo el movimiento participó en la arena política en Rumania con un partido conocido como Todo por la Patria (Totul Pentru Tara). En las elecciones de 1937 ese partido tuvo magnificos resultados.
Con la ayuda de los lideres políticos y la judeo-masoneria, el Rey Carol II abolió la constitución y asumió poderes dictatoriales. El primer acto de supresión del nuevo dictador fue la disolución de todos los partidos políticos. Ese fue el comienzo de la más brutal persecución del Movimiento Legionario. En esos tiempos., Codreanu y todos los lideres del movimiento fueron arrestados y encarcelados en campos de concentración y prisiones.
Después de tranquilizar a Hitler y habiendo obtenido su seguridad de interferencia en sus asuntos internos, Carol II ordenó el asesinato de Codreanu. En la noche del 29 al 30 de noviembre de 1938, Codreanu y trece legionarios fueron estrangulados.
De 1938 a 1940 las prisiones rumanas se llenaron de legionarios. La mayor parte de los lideres del Movimiento Legionario murieron durante ese periodo de tiempo.
De 1938 a 1940: El Movimiento Legionario cambió varias veces de dirección.
El 3 de septiembre de 1940, Horia Sima, el nuevo lider del Movimiento, triunfó en el derrocamiento de Carol II. Después de la caida del rey, Horia Sima fue aceptado como lider del Movimiento. En el nuevo gobierno rumano tomó el puesto de Vicepresidente.
En enero de 1941 el General Antonescu asumió la dictadura militar y lanzó una nueva persecución contra el Movimiento Legionario. Horia Sima y otros cuatrocientos legionarios se refugiaron en Alemania. Como refugiados políticos. Más tarde fueron internados a petición del gobernante rumano en los campos de concentración de Buchenwald, Dachau y Oranienburg, separados de la población general, donde trabajaron en la fabricación de armamentos.
EL 23 de agosto de 1944, el Rey Miguel, con la ayuda de los lideres de distintos partidos políticos, arrestó al General Antonescu y traicionó su alianza con Alemania. El ejército rumano entró en guerra contra Alemania.
El 26 de agosto de 1944 Horia Sima formó el Gobierno Nacional Rumano y se transformó en Presidente del mismo, con sede en Viena. El Movimiento Legionario en el Exilio, bajo el liderazgo de Horia Sima, continuó la lucha contra el comunismo.
Escrito enviado de Victor Godo
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