-LIBERTAD DE EXPRESION-

"Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento y de expresión. Este derecho comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole, sin consideraciones de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma impresa o artística, o por cualquier otro procedimiento de su elección y gusto."

"No he venido a traer paz, sino espada" San Mateo. X,34


domingo, 15 de julio de 2012

La mujer, su marido y la familia

¿Por qué un libro que defiende la «sumisión» de las esposas se convierte en un bestseller en Italia? Su autora, Constanza Miriano, sostiene que el consejo de San Pablo «responde a los deseos más profundos de nuestro corazón». La controvertida frase de san Pablo a los Efesios, “Esposas, estad sujetas a vuestros maridos”, fue la inspiración de un best-seller italiano en el 2011:Sposati e sii sottomessa: Pratica estrema per donne senza paura (Vallecchi): Casada y sumisa: práctica extrema para mujeres sin miedo. Costanza Miriano, su autora, está convencida de que muchos conflictos matrimoniales podrían resolverse si la mujer entiende su verdadero talento como esposa y madre: la sumisión del servicio. Los ejemplares de su libro pasan de mano en mano entre muchas italianas. - ¿Qué inspiró su libro? - Fue una casualidad. Pasaba muchas horas en el teléfono, intentando convencer a una amiga de que se casara. Cuando le conté la historia de mi amiga a un colega, le expliqué que las expectativas de mi amiga sobre el matrimonio eran irreales; en muchos aspectos, era el novio quien tenía la razón. Veía que ellos podían ser felices juntos, pero no se decidían a comenzar esa felicidad por culpa de las ideas erradas que hoy tenemos sobre el amor y el matrimonio. Le dije también que la mujer tiene que ser capaz de mediar, de unir, en vez de dividir. A él le llamaron la atención mis ideas y me puso en contacto con la editorial. - ¿Por qué cuesta hoy ese rol de unir? - La mujer ha luchado tanto por la emancipación que, de paso, ha perdido un poco su identidad profunda, ese ‘genio femenino’. - Hablar de ser ‘sumisas’ es muy osado. ¿Por qué eligió esta palabra? - Yo no la elegí. Lo tomé de la carta de san Pablo a los Efesios. Parece una palabra ofensiva para nosotras, las mujeres de hoy, que no queremos renunciar a la lógica del poder. Sin embargo, la sumisión indica otra lógica: la del servicio recíproco, que es el servicio al que está llamada la mujer. - Entonces, ¿el hombre domina? El hombre está llamado a servir de una manera diferente: debe estar “listo a morir por su esposa, como Cristo murió por la Iglesia”. Su papel no es más fácil que el nuestro. - ¿Qué inspiró su libro? - Fue una casualidad. Pasaba muchas horas en el teléfono, intentando convencer a una amiga de que se casara. Cuando le conté la historia de mi amiga a un colega, le expliqué que las expectativas de mi amiga sobre el matrimonio eran irreales; en muchos aspectos, era el novio quien tenía la razón. Veía que ellos podían ser felices juntos, pero no se decidían a comenzar esa felicidad por culpa de las ideas erradas que hoy tenemos sobre el amor y el matrimonio. Le dije también que la mujer tiene que ser capaz de mediar, de unir, en vez de dividir. A él le llamaron la atención mis ideas y me puso en contacto con la editorial. - ¿Por qué cuesta hoy ese rol de unir? - La mujer ha luchado tanto por la emancipación que, de paso, ha perdido un poco su identidad profunda, ese ‘genio femenino’, como lo llamaba Wojtyla en la encíclicaMulieris dignitatem. - Hablar de ser ‘sumisas’ es muy osado. ¿Por qué eligió esta palabra? - Yo no la elegí. Lo tomé de la carta de san Pablo a los Efesios. Parece una palabra ofensiva para nosotras, las mujeres de hoy, que no queremos renunciar a la lógica del poder. Sin embargo, la sumisión indica otra lógica: la del servicio recíproco, que es el servicio al que está llamada la mujer. - Entonces, ¿el hombre domina? El hombre está llamado a servir de una manera diferente: debe estar “listo a morir por su esposa, como Cristo murió por la Iglesia”. Su papel no es más fácil que el nuestro. - ¿Qué significa ser sumisas? - San Pablo nos recuerda que a las mujeres nos gusta controlarlo todo, decir la última palabra, manipular por detrás. Ser sumisas significa, literalmente, estar por debajo para ser el apoyo de todos los miembros de la familia, para acompañar a los más débiles. Es una cualidad propiamente femenina, a pesar de lo que diga la revolución feminista. - ¿Puede ser feliz una mujer sumisa? - Es nuestro verdadero talento. Podemos trabajar y tener mucho más éxito, pero lo que mejor sabemos hacer, y lo que responde a los deseos más profundos de nuestro corazón, es esa capacidad de servir y unir a las personas. El amor de la mujer es más altruista y lleva al hombre a “salir” de sí, mientras que la mujer recibe (la relación física es una representación de lo espiritual). Los hombres y las mujeres necesitan recuperar esos talentos específicos pues se complementan entre sí. - ¿Cómo es una buena esposa? - Una buena esposa sabe acoger con dulzura y paciencia. Mira a su marido desde un punto de vista positivo y acepta como bueno lo que viene de él. Pospone la confrontación: controla sus emociones y espera. Y nunca, jamás, contradice al padre delante de los hijos. - ¿Se puede aprender a ser así? - Tenemos un modelo: la Señora de la Medalla Milagrosa, con las manos y los brazos abiertos para recibir lo que le llega. Y debajo de sus pies, la serpiente –que es nuestra lengua– siempre dispuesta a criticar, a ver lo malo, a hacer hincapié en lo que falta. - ¿Qué le aconsejaría a una joven para tener un matrimonio más pleno? - Muchas jóvenes están decepcionadas porque hoy tenemos muchas exigencias del matrimonio. Anteriormente, el matrimonio era un medio para encontrar una casa; ahora queremos ser felices. Esto es razonable, pero debemos aceptar nuestras limitaciones y las del otro. El amor no es un sentimiento, es una decisión. Nos adherimos libremente, con toda nuestra voluntad, a elegir a una persona de por vida. Habrá momentos aburridos, pero tenemos que entrenar los ojos para descubrir la belleza inimaginable de la vida cotidiana. Quien salta de una historia a otra y no tiene el coraje de subir las cuestas, no puede ni soñar lo que es posible. - ¿Cuál es el principal reto que presenta el matrimonio en la actualidad? - Dios ha desaparecido del horizonte y sin Dios, es imposible pensar en algo que sea para siempre. Anteriormente primaban las tradiciones y la gente se mantenía firme. Hoy, la idea de ser infiel, de seguir nuestros instintos, es el aire que respiramos. Hay como unaconspiración en contra de la familia y solo la Iglesia da la batalla cultural por nosotros. - ¿Qué cambio está provocando su libro entre las mujeres italianas? - He recibido cartas de mujeres que dicen que les ayudó a cambiar su vida matrimonial. Muchas me agradecen porque han aprendido a querer mejor a sus maridos; algunas han decidido casarse; otras, han superado una crisis; y muchas católicas dicen que ciertas cosas no se escuchan ya en círculos religiosos, mientras que mi visión, la de San Pablo, es la que responde a los deseos profundos de sus corazones. ¿Está preparando otro libro? Sí, estoy analizando la siguiente frase de san Pablo a los Efesios: “Maridos, estad dispuesto a morir por vuestras esposas...”. Si la mujer tiende a controlarlo todo, el hombre tiende al egoísmo. Por eso su llamada es la del heroísmo. El próximo libro es para ellos. Dos hermosas lecturas del Evangelio una de San Pablo y otra de San Pedro, ilustran mejor que nada esta postura no en favor del falso machismo o dominación de la mujer al hombre, sino en el rol que cada uno debe tener dentro de la vida conyugal, los hombres y las mujeres deben escoger en sus vidas entre dos caminos, la entrega total y absoluta a Dios como siervos y siervas de Dios, en el Orden Sagrado, o bien , en el sacramento del matrimonio, como un bien no solo para el hombre y la mujer, sino para el conjunto de la sociedad y de toda la Santa Madre Iglesia. Los seglares que se niegan a casarse por diversos motivos, diversion, falta de tener compromisos, excesivo amor a la libertad, una falsa piedad que los hace hacer votos de castidad sin comprometerse a servir a la Iglesia en tantas ordenes religiosas que hoy necesitan mas que nunca de vocaciones, es mas cómodo quedarse en casa, en estos casos de falsa beatitud, también están los que se juntan y no tienen hijos viviendo en adulterio, los que viven en concubinato y tienen hijos pero no se casan por temor al compromiso, las mujeres que disiden ser madres solteras pero no tener el compromiso de tener un marido y la falta de caridad que estas tienen para con sus hijos por negarles el derecho a tener un padre, entre tantas otras formas de evitar el matrimonio, poniendo las mil y una excusas. (J. Luis Ventrice) ( 2-2 ) LECTURA DE LA CARTA DEL APOSTOL SAN PABLO A LOS EFESIOS 5,2a.21-33 Hermanos: Vivan en el amor, igual que Cristo nos ha amado y se ha entregado por nosotros. Sean sumisos unos a otros con respeto cristiano. Las mujeres, que se sometan a sus maridos como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la Iglesia; Él, que es el Salvador del cuerpo. Pues como la Iglesia se somete a Cristo, así también las mujeres a sus maridos en todo. Maridos, amen a sus mujeres como Cristo amó a su Iglesia. Él se entregó a sí mismo por ella, para consagrarla, purificándola con el baño del agua y la palabra, y para colocarla ante sí gloriosa, la Iglesia, sin mancha ni arruga ni nada semejante, sino santa e inmaculada. Así deben también los maridos amar a sus mujeres, como cuerpos suyos que son. Amar a su mujer es amarse a sí mismo. Pues nadie jamás ha odiado su propia carne, sino que le da alimento y calor, como Cristo hace con la Iglesia, porque somos miembros de su cuerpo. "Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne". Es éste un gran misterio; y yo lo refiero a Cristo y a la Iglesia. Sobrellévense mutuamente y perdónense, cuando alguno tenga quejas contra otro. En una palabra, que cada uno se ustedes ame a su mujer como a sí mismo. Y que la mujer respete al marido. PALABRA DE DIOS ( 2-4 ) LECTURA DE LA PRIMERA CARTA DEL APOSTOL SAN PEDRO 3,1-9 Mujeres, sean sumisas a sus maridos para que, si incluso algunos no creen en la Palabra, sean ganados no por palabras, sino por la conducta de sus mujeres, al considerar su conducta casta y respetuosa. Que su adorno no esté en el exterior: en peinados, joyas y modas, sino en lo oculto del corazón, en la incorruptibilidad de un alma dulce y serena; esto es precioso ante Dios. Así se adornaban en otro tiempo las santas mujeres que esperaban en Dios, siendo sumisas a sus maridos; así obedeció Sara a Abraham, llamándole señor. De ella se hacen hijas cuando obran bien, sin tener ningún temor. De igual manera, ustedes, maridos, en la vida común, sean comprensivos con la mujer que es un ser más frágil, respetándolas, ya que son también coherederas de la gracia de la Vida, para que sus oraciones no encuentren obstáculo. Procuren todos tener un mismo pensar y un mismo sentir: con afecto fraternal, con ternura, con humildad. No vuelvan mal por mal o insulto por insulto; al contrario, respondan con una bendición, porque su vocación mira a esto: a heredar una bendición. PALABRA DE DIOS

2 comentarios:

  1. Sí, lo voy a comprar. Así me río un poco de tanta anacrónica bobada

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  2. Compraló y leelo a ver si te aporta algo, y al menos si no compartes lo que dice, tendrás argumentos para despreciar, criticar o juzgar con argumentos y no solo con el prejuicio y la prepotencia del sobervi@.

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