-LIBERTAD DE EXPRESION-

"Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento y de expresión. Este derecho comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole, sin consideraciones de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma impresa o artística, o por cualquier otro procedimiento de su elección y gusto."

"No he venido a traer paz, sino espada" San Mateo. X,34


lunes, 26 de abril de 2010

EUROPA ATACADA Y EXPOLIADA




¿Alguien tiene la menor duda de que España y toda Europa está siendo expoliada? ¿Cómo puede llamarse, si no “expolio”, a lo que está aconteciendo en los últimos tiempos? No se trata, al manifestar esto, de un arrebato de “racismo”, “xenofobia” o insolidaridad. Se trata de subsistencia pura y dura, subsistencia de nuestros bienes, de nuestros valores y de nuestra identidad.
Nuestros bienes en concepto de industrias, cultivos, ganaderías, pesca, servicios, etc. Que durante generaciones nuestros padres han sudado, para que podamos vivir en un Estado de bienestar que ya se desmorona. La especulación se ha convertido en el único camino de crear riqueza, el “ganarás el pan con el sudor de tu frente” se ha convertido en “ganarás el pan con el sudor del de enfrente”. El trabajo ha dejado de ser la herramienta de realización personal y de crecimiento económico, para pasar a ser un medio de subsistencia. Vivimos en una explotación continua del Estado hacia los ciudadanos con su gravísima presión fiscal, explotados por la usura de una banca que en lugar de un servicio es un negocio salvaje y amoral, explotados por los empresarios que al verse así mismos explotados no tienen margen para ejercer una mínima justicia social. Y como nación, explotados por una inmigración que muy lejos de crear riqueza, como hicimos los españoles cuando emigrábamos, expolian nuestros bienes, educación, sanidad y demás. Aquí no hay medida al otorgar todos los “derechos” de que goza un ciudadano español a cualquiera que llega. Esta invasión descontrolada va a arruinar nuestra tierra, donde no caben más desde hace años. Cualquiera de los españoles que hemos vivido o vivimos fuera, sabemos que si quieres un medico debes pagártelo, si quieres un colegio lo mismo, si quieres un contrato de trabajo en países como Marruecos debes demostrar que no hay marroquíes que puedan realizar ese trabajo, claro, como debe ser, en Marruecos los marroquíes son los primeros, y que suerte tienen en España también son ellos los primeros. Con cuatro millones de parados que hallan más de diez millones de inmigrantes ocupando nuestros servicios sociales clama al cielo. Sencillamente quien no quiera ver esta quiebra económica o es un inepto, o es un malvado, o las dos cosas.
Los valores y principios que nos han regido durante siglos, no se han desmoronado solos, los han dinamitado sistemática y premeditadamente. La Europa heredera de Roma y del cristianismo fenece. El hombre ha sido despojado de la presencia de lo “eterno”, de lo divino, de lo espiritual. El hombre sin Dios es un animal que solo se guía por los instintos y la supervivencia, no le importan los que le rodean, tampoco le importa él mismo más allá de la satisfacción de sus caprichos. Se ha dinamitado la Familia, se ha dinamitado la Iglesia, se ha corrompido la Política, se ha prostituido la Justicia, se han convertido en mercenarios las fuerzas del orden y el ejército, no van a dejar nada en pie. La Iglesia como tutora y guardiana de la Fe se ha dejado, en su jerarquía y consecuentemente en sus bases, minar por el relativismo, el liberalismo y la modernidad. Sacerdotes y obispos despojados de convicciones profundas, verdades absolutas y compromisos reales, han caído en los peores pecados mundanos que se pueden ejercer sobre los más inocentes de su rebaño. Vemos de nuevo cómo esa invasión alógena encuentra el vacío moral suficiente en nuestra sociedad, para instaurar sus valores. El hombre necesita alimentar su espiritualidad, y si los que tienen que velar por esa espiritualidad están en “otras cosas”, ese vacío es llenado por falsas religiones, falsos profetas, y sectas de toda índole. El Islam, el laicismo, y las múltiples sectas campan a sus anchas en tierras desiertas de “Dios”. Mientras en países musulmanes se ataca, se asesina, se margina y se prohíbe ya no el avance, si no simplemente el libre ejercicio de la Fe católica. Los valores tradicionales han sido substituidos por aberraciones disfrazadas de “progresismo”, pues no puede ser “progreso” el “matrimonio” de homosexuales, ni el aletargamiento de la juventud por las drogas, ni la pornografía, ni el egocentrismo absoluto de las personas, ni la traición a intereses bastardos de nuestra clase política, ni la manipulación en las aulas etc. ¿Progreso hacia dónde?. No puede ser progreso lo que nos lleva irremediablemente al abismo, eso es retraso y caída a los infiernos, jamás progreso y adelanto social.
Y que decir del exterminio sistemático de nuestras identidades. Este sistema capitalista liberal que impera, no quiere ciudadanos identificados con sus características propias y diferenciales. Busca un mundo de consumidores, y quiere acabar con toda diferencia en gustos, consumos y tradiciones. Quiere un mundo gris de personas grises que consuman las mismas porquerías en cualquier rincón del planeta, quieren un mercado global donde arrojar sus miserias consumistas y llenar de necesidades superfluas las mentes de las personas. Amar lo propio se ha convertido en un delito, se persigue a quién disiente y se define como patriota, se ataca a quién quiere dar prioridad a los suyos frente a los foráneos. Amar lo propio no significa odiar lo ajeno, o atacarlo. Uno puede sentirse orgulloso de ser de raza gitana, de ser negro o de profesar una determinada religión. Pero si uno se define español, católico y heterosexual, es un fascista redomado de quien hay que apartarse como de la peste. Desde estas líneas reivindico nuestro derecho a defender lo nuestro, nuestra Patria, nuestro Dios y a falta de reyes nobles y dignos, nuestra Justicia social. Debemos retomar la conquista de nuestra tierra frente a sus enemigos de dentro y de fuera. Apelo a Don Pelayo para arrojar fuera de nuestra nación a los invasores y expoliadores de nuestra tierra, en primer lugar a los traidores que siendo de nuestra sangre se han vendido por treinta monedas hipotecando nuestras vidas y las de nuestros hijos.
Esta no es una crisis política, es ante todo una crisis moral y de valores. Los enemigos de nuestra civilización han conquistado primero nuestras mentes para luego hacerse con todo el poder. Y la gente adormecida y castrada en lo físico y en lo moral siquiera se percata de lo que acontece. Los mismos movimientos políticos que debieran defender estos valores, están minados en la médula. Vemos como supuestos “patriotas” defienden abiertamente la prostitución, con lo que de atentado contra la dignidad de la mujer representa. Defienden el consumo libre de drogas, destruyendo lo mejor de nuestra juventud. Patriotas que reniegan de los hijos por tener mejor coche o “disfrutar” más “libremente” de la vida…
La única solución está frente a nosotros. La hemos tenido siempre delante pero no la hemos querido ver, y menos seguir. Si la oscuridad con ese falso “progresismo” se empeña en destruir nuestros cimientos, solo tenemos que fijarnos en ver lo que pretenden destruir y encontraremos lo que debemos defender. Y no es otra cosa que la Familia, la Tradición y la Patria. Retomemos el camino recto, el de la acción, pero el de la acción alumbrada por Dios.
¡Viva España!¡Arriba España!¡España sobre todas las cosas y sobre España DIOS!

J.M.S.

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